Isaías 25:1 “Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza.“
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, es una gran felicidad el compartir este momento especial, donde todos vamos creciendo espiritualmente y siguiendo los mandatos de Dios para tener una mejor vida, recordemos que somos llamados a ser agentes promotores de bendición y que precisamos evangelizar en todo momento, ganar almas para colocarlas en el camino de salvación, ese es el mejor aporte que podemos dar en estos momentos a la obra de Dios.
El profeta en este texto bíblico está glorificando y exaltando el nombre del Señor. Es bueno que nosotros exaltemos y glorifiquemos al Señor, porque cuando el se convierte en el centro de nuestras vidas, entonces nuestras vidas pasan a ser vidas de adoración, de alabanza, teniendo a Dios como prioridad, nosotros comenzamos a perder interés en las cosas terrenales, y luego tres cosas ocurren la primera es que exaltamos el nombre de Dios, todo lo que hacemos glorifica y engrandece a aquel que es el Señor de nuestras vidas, Segundo punto, nosotros vivimos alabando a Dios, y el corazón queda lleno de gratitud por el reconocimiento de la presencia de él, trayendo un resultado claro de adoración y alabanza, además la alabaza parte de un corazón que adora a Dios, alabar no es solo cantar en la iglesia sino hacer de la vida un canto que glorifique a Dios. El tercer punto que vemos aquí, es el reconocimiento de las maravillas de Dios en la tierra, pues el profeta dice que Dios ha hecho maravillas y ejecutado cosas buenas, aquí la lista puede quedar inmensa pues la bondad y la misericordia de Dios, está en todo lugar, inclusive en nuestra vida, notemos por ejemplo nuestro corazón latiendo sin cesar, eso es un milagro de Dios, aquello que Dios revelo y prometió en el pasado se ha cumplido fielmente, de acuerdo a las profecías, pero hay un punto crítico en este texto y es la primera línea donde el profeta dice ¨Oh Señor tu eres mi Dios¨. Ahora ¿Dios ha sido realmente el Señor de nuestras vidas?. La respuesta a esa pregunta va a determinar el tipo de Cristianos que somos, entonces que Dios verdaderamente sea el Señor de nuestras vidas hoy, mañana y siempre, así viviremos para exaltarlo, viviremos para reconocer sus grandiosos hecho y para obrar conforme a su mandatos.
OREMOS:
Padre querido, gracias por llamarnos a vivir una vida de adoración y alabanza a tu persona, a las cosas que tui representas, contribuye con nosotros para actuar fielmente apegados al cumplimiento de tus mandatos. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.