10. Un hombre de oración

 

Marcos 1:35 ¨ Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.  ¨

La paz del Señor sea con ustedes. Estamos buscando crear este hermoso habito de orara cada mañana, pasar tiempo disfrutando de la biblia, atendiendo a la palabra de Dios, es similar a levantar el teléfono para atender el llamado de Dios, quien nos da una corta charla de motivación para hacer el bien. Es una buena práctica la de buscar a Dios temprano, en esa línea Jesús dio una enseñanzas marcada en el versículo  Mateo 6:33

 

¨Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.¨

 

 

La infancia de Jesús fue pasada en la pobreza, no fue contaminada por los hábitos superficiales de una religión vacía y formal, como era vista en sus días, Jesús trabajaba en la carpintería de su padre José, desempeñaba sus responsabilidades de la vida doméstica, pero siempre tenía tiempo para estudiar la palabra de Dios, las horas de mayor felicidad para Jesús eran aquellas en las cuales el podía aislarse de todo y dedicar un tiempo de oración para conversar con Dios, más que todo en los lugares de la naturaleza era su sitio favorito para la oración, con cantos e himnos de alabanza el llevaba alegría al cansado y al abatido, lo interesante es que después del bautismo de Cristo, Jesús inicio su ministerio, y su ministerio estuvo marcado por la oración, todos los días Jesús dedicaba tiempo para esa actividad espiritual, y como resultado de esa comunión, el se fortalecía, recibiendo gracia para poder compartir con las multitudes. Todas las veces que leemos este verso, debemos pensar en lo siguiente: Si Jesús que era salvo, oraba, nosotros también debemos orar. Jesús se levantaba temprano, buscaba un lugar y allí oraba, debemos imitar su ejemplo, precisamos invertir tiempo en desarrollar una comunión con Dios a diario, busquemos conocer su voluntad, y recibiremos la gracia necesaria para compartir con otras personas y seguir el ejemplo de Jesús.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, gracias por el conocimiento que nos otorgas con tu palabra bíblica, queremos cumplir totalmente tus mandatos, fortalécenos para alcanzar dar cumplimiento a tus previsiones y tener una vida de oración, así como Jesús la tenía. Contribuye con nosotros. En nombre de Jesucristo, pedimos confiados de que concederás nuestros pedidos.

 

Amen.

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