Lucas 18:15-17 ¨ Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.¨-¨ Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.¨-¨ De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.¨
Padre nuestro, gracias por constantemente extendernos tu favor, también por la generosidad de conceder nuestras peticiones y atender a nuestras suplicas que con genuina fe practicamos diariamente. En este momento continuamos esparciendo tu palabra y pedimos que cubras con tu manto protector a todos los que forman parte de este ministerio, generadores de material, compartidores del material, y a todos los que están envueltos de alguna manera en la evangelización
Amados, es un gran honor poder compartir la palabra bíblica de manera cotidiana, ella nos lleva a tener una visión acertada de las situaciones que ocurren a diario, nos otorga opciones para mejorar nuestra actuación, enriqueciendo nuestra personal realización de la obra de Dios, además de fomentar un mayor grado de vínculo con el creador. Los versículos de hoy se remontan a la época en que los niños eran desvalorizados, pues en los tiempos del Salvador, hubo cierta animadversión hacia los infantes en la sociedad, aunque algunos de sus padres los llevaron cerca de Jesús para que le conocieran, los discípulos impedían tales contactos, en ese momento Jesús reprende a sus discípulos diciendo que permitieran a los niños acercarse porque de ellos es el reino de los cielos, con lo cual clarifico que para poder llegar al reino de los cielos es necesario tener esa confianza, obediencia, inocencia, pureza, como características de todo el que aspira llegar al reino celestial, por tanto recordemos que este temperamento y actitudes nombradas anteriormente, constituyen fortunas que nos permitirán llegar libremente al reino de los cielos y agradar al padre.
OREMOS:
Dios Querido, gracias porque tenemos la seguridad de que siempre estas con nosotros y jamás nos abandonaras, permanece siempre a nuestro lado, gracias porque mueves tu mano en nuestro favor, permite que nuestros corazones sean purificados para seguir con obediencia tu mandato y demostrar nuestra fe sincera, para llegar al reino celestial. Son nuestras peticiones, que llenos de fe hacemos en esta oportunidad en nombre de tu hijo Jesucristo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen