10 de Septiembre: Deja a mi pueblo irse

Éxodo 5:1-2 ¨ Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto. Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.¨

 

Amados, hoy precisamos recordar una enseñanza que está inmersa, en el propio acto de la crucifixión de Jesucristo, el cual se refiere a aceptar las cosas de la manera en que ocurren, porque eso nos mantendrá en calma mental, para determinar con precisión, el próximo movimiento a ejecutar para alcanzar la victoria, pistas para obtener esa bendición, se encuentran en la palabra de Dios, obedezcamos, a su voluntad. Compartamos el mensaje de hoy.

 

 

Palabras del faraón, que fueron fuertes y trajeron consecuencias para los egipcios. Igualmente, fue un hecho interesante, que ocurrió donde Moisés y Aarón, dos hombres seleccionados por Dios, fueron llevados a la presencia del faraón, el rey de Egipto, considerado el mayor hombre de la tierra, el hombre mas importante de la tierra en aquel tiempo, y, el mensaje de Dios para el faraón, llevado por Moises y Aaron, es: ¨Deja a mi pueblo irse¨, Dios estaba diciendo que el faraón Egipcio debía permitir la salida de todos los descendientes de Abraham que estaban esclavizados en Egipto, para Canaan, la tierra que Dios había prometido, para los descendientes de Abraham, y, si analizamos en los capítulos siguientes, Dios le dijo esa frase siete veces al faraón egipcio, por medio de Moises y Aaron, Dios insistió varias veces ¨Deje a mi pueblo irse¨, la reacción del faraón, fue incorrecta, utilizo palabras irrespetuosas, lo interesante es que podemos hacer awqui algunas comparaciones y analogías, por ejemplo, esa salida que ocurrio en seguida, un hecho histórico, que ocurrio aproximadamente, el año 1450 antes de Cristo, esa salida del pueblo de Egipto para la región de Canaán, puede bien representar, la decisión del ser humano, de abandonar un mundo de pecado para vivir una vida de santidad en la presencia de Dios, entonces la idea es, salimos de Egipto, el mundo de pecado, donde estábamos esclavizados, pasamos el desierto de aflicciones de la vida, con el objetivo de alcanzar la tierra prometida, de alcanzar nuevo cielo y nueva tierra, como esta prometido, donde habitaran los hijos de Dios, el faraón egipcio sería una representación del propio diablo, que intenta aprisionarnos en la prisión del pecado, Moisés, el mayor el gran libertador, es un símbolo de Jesucristo, aquel que vino para salvarnos, entonces en esa analogía, en esa comparación, el diablo representado por el faraón, dice así: ¨¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.¨, la verdad es que el enemigo conoce al Señor, pero él no se rinde al Señor, él no se somete a la autoridad del Señor, no basta conocer al Señor, hay que someterse a él, rendirse a él. Escrito esta, en: Santiago 2:19 ¨Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.¨, los demonios saben que Dios existe, ellos tiemblan ante la presencia de Dios, porque ellos saben que ante la grandeza de Dios, ellos no son nada, pero además de eso, ellos no se someten, ellos no se rinden al Señor, nosotros hemos tenido el privilegio de conocer al Señor por medio de su palabra, pero la prueba de que hemos creído, es que nos sometamos a él, que nos rindamos al Señor. Que Dios nos bendiga y que nuestro conocimiento, nos lleve a una experiencia con Dios, de sumisión con Dios y su palabra, si lo logramos seremos felices.

 

 

 

 

OREMOS

 

Amado Padre, gracias por el privilegio de conocerte mediante tu palabra, ayúdanos siempre, capacitanos en todo momento, queremos glorificarte con nuestros actos, someternos a ti, ser mejores siervos cada vez. Apóyanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amen.

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