10 de Noviembre: Jesús y su Madre

Juan 19:25-27  ¨ Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.¨

 

Amados, esta verdad para iniciar el día es un regalo maravilloso, se trata de conocer que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros, por esa razón nos instruye con cariño, para que podamos manejar, controlar y vencer, las diversas situaciones que se nos presenten. Llevemos este material a nuestro prójimo, para continuar extendiendo la cadena de preciosa bendición.

 

 

Este es un momento memorable, donde Jesús estaba siendo torturado, agonizando en la cruz, el sabe que su muerte es cuestión de poco tiempo, pero inclusive, estando sufriendo en la cruz, Cristo no piensa en sí, el piensa en los otros y de manera específica en su madre María, que según la biblia, estaba en la cruz junto a otras mujeres, además de Juan, el discípulo amado, mientras muchos huyeron abandonaron a Jesús en esa hora de dolor, algunos discípulos, seguidores, leales y fieles, se quedaron junto a él, porque el verdadero discípulo es así, esta con su maestro en la gloria y la tragedia, en la hora de victoria y en la hora de sufrimiento y dolor, allí estaba María frente a la Cruz y la biblia dice que Jesús, mirándola a ella y al discípulo amado le dice: ¨Mujer, es allí tu hijo¨, esa es la expresión en el griego, da una expresión de respeto, de afecto, no es para nada, alguna expresión ofensiva, o de indiferencia y desprecio, mucho por el contrario, Jesús entonces le dice a María ¨Mujer, es allí tu hijo¨, refiriéndose a Juan, y entonces mirando a Juan, le dice: ¨Es allí tu Madre¨, ambos comprendieron, y Jesús estaba con esas palabras pidiéndole a Juan, que cuidara de su madre, María.  Debido a que en ese tiempo, José, el marido de María ya había fallecido, y Juan comprendió el mensaje que estaba escrito, ¨Desde ahora en adelante, el discípulo la tomo para casa¨, aunque el corazón físico de Cristo estaba fallando, su corazón emocional, continuaba amando. Él estaba cerca de morir, su momento era de dolor y angustia, el estaba siendo torturado, pero aun así, se preocupó con su madre, aun así, procuro, cuidar de su madre,  debemos procurar dar atención a los ancianos en general, pero especialmente a nuestros padres, quienes una vez nos cuidaron cuando niños, pero ahora es nuestro turno de cuidarlos, protegerlos y demostrarles amor.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre Amado, alabado seas hoy, mañana y siempre, gracias por instruirnos de manera cariñosa, para mejorar nuestras vidas, permite que nuestras buenas acciones sean recompensadas con tus bendiciones. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

Amén

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