09 de Noviembre: El Proceso de la redención

1 Pedro 1:3 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, “

 

 

 

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, una nueva oportunidad tenemos para continuar con la hermosa misión de evangelizar que nos confirió nuestro Dios, y porque somos bendecidos al ser usados como instrumentos de nuestro Creador, vamos a distribuir por todos los medios esta palabra de esperanza y salvación para que más personas y en más lugares conozcan sobre Jesús y el camino para llegar al Padre.

 

 

El texto bíblico se refiere a la resurrección de Jesucristo, por esa resurrección tenemos certeza de la salvación eterna, el proceso de redención del hombre se convirtió en el gran misterio de la encarnación de Cristo. Dios Padre decidió revelarse a la humanidad en forma humana, para que por la muerte de su hijo podamos ser regenerados. Pedro exalta al Padre y al hijo por ofrecernos su misericordia, la misericordia ofrecida aquí es más que empatía, por la condición humana, es el ofrecimiento de la gracia que costó la vida de Cristo, fue por su muerte y resurrección que podemos ser regenerados, teniendo como fundamento esa viva esperanza, la resurrección de Cristo nos trajo la victoria sobre la muerte, pagando la pena del pecado, la penalidad del pecado. Ahora como Cristo murió y resucito, nosotros requerimos morir para nuestro yo y resurgir para una nueva vida, ese proceso de redención envuelve a Dios y al hombre, y nos da la certeza y la viva esperanza de que nuestro retorno a la eternidad es un hecho, todos sabemos que Dios es Espíritu, y él se hizo carne para pagar la penalidad de nuestro pecado y el hombre que es carne necesita ser dominado por el Espíritu, nuestro Yo necesita ser crucificado, nuestra naturaleza precisa ser cada día crucificada, y debemos vivir en novedad de vida, existe aquí una reciprocidad entre Dios y el hombre, entre lo divino y lo humano, alabado sea el Señor por esa iniciativa del cielo, el hijo de Dios se hizo carne, habito entre nosotros y vivió entre nosotros, murió en nuestro lugar pero el resurgió en gloria, y así como Cristo resucito, no es vana nuestra fe, eso lo dijo Pablo. Entonces podemos tener certeza de que el tiene autoridad sobre la muerte, porque el es un Dios vivo, si bajamos a la sepultura ahora, después de la muerte de Jesús, no requerimos temer a nada, porque nuestro Dios resucito de entre los muertos, él tiene poder sobre la muerte, por eso todos los que viven y confían en el Señor, cuando bajan a la sepultura no se quedan allá para siempre, un día estaremos en la eternidad con Dios.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, es excelente que nos reveles la importancia de la obediencia a tu voluntad y nos des la garantía de que la sepultura no es definitiva, sino que estaremos un día contigo en la eternidad, queremos ser fieles a ti. Apóyanos siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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