1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, que la bendita gracia de nuestro Padre Celestial, permanezca sobre nosotros y nuestra familia, vamos a meditar en la sabia palabra de Dios, para que nuestras vidas sean mejoradas, y podamos orientar almas a los caminos de salvación.
Una de las iniciativas más difíciles de la vida cristiana es la confesión, ella evidencia nuestra condición de pecadores, por eso muchas veces evitamos confesarnos en nuestras oraciones por vergüenza, pero la biblia amplia nuestra visión, la primera cosa que requerimos aprender es que nosotros estamos confesando nuestros pecados a un Dios que es fiel y justo, fiel porque cumple su promesa y justo porque el dará la recompensa a cada uno conforme a su elecciones, la confesión produce dos bendiciones en la vida cristiana, la primera es el perdón y la purificación, cuando recibimos el perdón de Dios el nos libera de la culpa de nuestro pecado, de la condena del pecado, hay mucha gente sufriendo en la vida porque recibió el perdón de Dios pero no consigue perdonarse a sí misma, la naturaleza carnal nos condena con tanta impetuosidad, que el pecado queda vivo en nuestra mente y esto es triste, pero cuando sentimos el perdón de Dios, somos desafiados a no cometer el mismo pecado, a arrepentirnos y a no pecar más, la confesión va más allá del perdón, nos desafía a una vida de pereza, de santificación, y sin actos de injusticia. Proverbios 28:13 ¨ El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. ¨, manifiesta que es necesario confesarnos para prosperar, para alcanzar la misericordia y un nivel superior en materia espiritual, y recordemos que Dios además de librarnos de la culpa del pecado, nos liberta del dominio del pecado, por esa razón es que Juan dice que Dios perdona y purifica. Bendito sea el nombre de Dios, confesemos nuestros pecados, recibamos el perdón de Dios, clamemos por la misericordia de Dios y el nos dara poder para tener una nueva vida.
OREMOS:
Amado Padre Celestial, es bueno saber que aunque somos tan pecadores, nos ofreces tu perdón y purificación, además la libertad sobre el pecado, por todas esas dadivas queremos agradecerte y renovar nuestro compromiso para cumplir tus mandato y convertirnos en siervos agradables a ti. Líbranos del mal. Son las peticiones que te hacemos hoy, en nombre de Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
Amen.