Mateo 27:3-4 “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, “ – “diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, cuando las personas cocinan hacen deliciosas preparaciones, para luego comerlas y saciar el hambre por momentos del día, cumpliendo con la alimentación física, y eso les proporciona energía, ahora, cuando juntos preparamos estas reflexiones bíblicas, buscamos alimentarnos espiritualmente para tener esa energía y sabiduría, que nos permita andar por el camino correcto, que es el camino de Jesús para llegar al Padre Celestial. Dispersemos este material y llevemos bendición mediante redes sociales y en nuestras interacciones cotidianas. Aprovechemos esos instantes de silencio, para recordarle a nuestro prójimo que Dios les Ama a ellos y a nosotros, y que desea lo mejor para nuestras vidas, que por eso es agradable aceptar su invitación para seguir a Jesús. Compartamos este material, ahora mismo.
Hoy vamos a pensar un poco sobre la historia de Judas Iscariote, el discípulo que traicionó a nuestro Salvador Jesús, veamos que la vida de Judas así fuera trágica, nos puede traer reflexiones importantes, porque todo estaba determinado en el plan de Dios. Nadie se corrompe de un momento para otro, nadie comete un gran error sin primero haber pasado por pequeñas caídas, la historia de Judas no es diferente, fue poco a poco que ese hombre se deterioró internamente, cuando nosotros leemos el texto bíblico vemos la descripción de que él era deshonesto, y teniendo acceso al dinero de los discípulos él sacaba parte de lo que se colocaba en la bolsa, queda evidente en la narrativa bíblica que Jesús dio innúmeras oportunidades para que Judas fuere transformado. Después de todo, somos arquitectos de nuestro destino, esto es que nuestras elecciones diarias determinan nuestro futuro eterno, para salvación o condenación, muchas veces no podemos cambiar lo que ocurre con nosotros, pero podemos decidir lo que haremos ante aquello que acontece, así como todos los discípulos Judas tuvo la oportunidad de entregar su vida al Salvador y ser transformado por él, pero una visión equivocada respecto al reino de Dios, y una perspectiva egoísta de ese reino, llevaron al discípulo a traicionar a Jesús, cuando él cayo en si, y vio lo que había hecho sintió remordimiento no arrepentimiento, el verdadero arrepentimiento genera tristeza, confesión, abandono del error, Judas estaba más preocupado con las pérdidas de los planes que el idealizó, que por la tristeza de su acto, algunas reflexiones para nuestras vidas es que, pequeños errores alimentados generan errores mayores, sin darse cuenta de las consecuencias, otro punto es que una percepción equivocada del evangelio nos distancia de la bendición, que la palabra de Dios realmente quiere darnos, y sin embargo, arrepentimiento es una acción espiritual, que nos llevara a una nueva vida. ¿Cómo nos sentimos ante estas consideraciones?, ¿Requerimos abandonar pequeñas actitudes para evitar consecuencias mayores?, ¿Quién es Jesús para nosotros?, no podemos olvidar que el Espíritu Santo, está trabajando en nuestros corazones así como trabajo en el corazón de Judas, pero el espíritu actúa en la medida de nuestro consentimiento, ¿Queremos abrir nuestros corazones hoy y ser guiados por el Espíritu Santo?, si lo queremos, oremos por eso.
OREMOS:
Padre querido, gracias por tu palabra y los efectos que está causando en todos los que fielmente la seguimos, es por eso que en este momento te pedimos bendícenos a todos los que oramos para que en lugar de resistir a tu palabra, que cada día seamos más sensibles a ella. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.