Génesis 11:4 “Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Si hay algo que Dios quiere arrancar de nosotros para hacernos completamente felices, es la naturaleza pecaminosa, que todos cargamos, mientras la rebelión contra Dios puede ser evitada, para escaparnos de la rebelión requerimos andar con Dios y clamar todo el tiempo por el don de la unidad, en el texto de hoy vemos a los descendientes de Noé, quienes establecieron en la tierra una ciudad y luego se olvidaron de Dios, de Noé y de las promesas que había hecho respecto a que nunca más destruiría al mundo con un diluvio, por ese motivo decidieron construir una torre, ella era la torre de Babel que fue un monumento a su sabiduría superior y habilidades, el objetivo de esta construcción fue el deseo de generar reputación, de hacer su nombre celebre, según el propósito divino debían los pueblos estar unidos mediante el lazo de la verdadera religión, cuando la idolatría y el politeísmo, destruyeron ese enlace, ellos perdieron no solo la unidad de religión, sino también el Espíritu de fraternidad, un proyecto como era la torre que buscaba preservar por medios exteriores la unidad interior perdida jamás sería exitoso. La caída de Adán y Eva, quebró la unidad entre el hombre y el plan original de Dios, esto resultó en una confusión respecto a la adoración, en la diseminación intensificada del mal y de la inmoralidad sobre la tierra, por fin la humanidad fue dividida en varias culturas y etnias, que frecuentemente han estado en desacuerdo unas con las otras, ocasionando conflictos. Esta historia nos invita a una profunda reflexión, según la cual debemos observar hacia las promesas de Dios de manera frecuente, y a tener conocimiento por medio de la biblia de todo el plan divino que está revelado. Al final lo que la palabra nos indica es que un dia toda la humanidad se unirá, en ese tiempo no habrá distinción de ningún tipo, porque seremos un solo pueblo adorando a un único Dios, asi el proposito original de Dios se cumplira en nuestras vidas.
OREMOS:
Padre amado, ayúdanos en este dia a buscar la proximidad y comunión con los cielos, y que tu espíritu nos una como hijos e hijas, para que nuestros corazones sean preparados para el dia de tu retorno, cuando la naturaleza pecaminosa será arrancada de nosotros y seremos un solo pueblo adorando a un solo Dios, coloca ese deseo en nuestros corazones. Queremos cumplir tu voluntad siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.