Juan 1:29 ¨ El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.¨
Feliz día, estamos juntos en esta bendita andanza por el camino de Dios, como todos los días lo venimos haciendo eso es lo mejor que hay en la vida, poder conocer claramente la voluntad de nuestro Dios. Además, somos privilegiados de tener la oportunidad de perfeccionar diariamente nuestras conductas para agradar al Padre Celestial. Distribuyamos este material entre nuestros conocidos, seres queridos y prójimo en general, con esto estaremos bendiciéndolos.
Juan Bautista, estaba bautizando en el Rio Jordán, y de pronto apareció en su presencia el propio Señor Jesucristo, y cuando Juan vio a Jesús, dijo estas palabras: «Es el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo». Es posible que conozcamos del antiguo santuario israelita, en los rituales y ceremonias del santuario, todos los días por lo menos un cordero moría, era sacrificado y ese cordero que moría a diario, representan al hijo de Dios, que vendría un día y moriría por nosotros, para el perdón de nuestros pecados, entonces cuando Juan vio a Jesús, el dijo: «llego el cordero de Dios», todo aquel simbolismo esta cumpliéndose ahora en él, porque él es el cordero de Dios, que vino a morir en nuestro lugar, para quitar nuestros pecados, para librarnos de nuestros pecados, porque el pecado hace separación entre nosotros y Dios, por eso el pecado lleva a la muerte y nosotros fuimos creados para la vida, vida eterna e inmortalidad, pero es una inmortalidad regida por la vinculación nuestra a aquel que es eterno por si mismo, la fuente de la vida, Dios. Cuando pecamos, nos separamos de Dios y por eso pasamos a estar condenados a muerte, y todos pecamos, por eso todos estamos condenados a muerte, el pecado nos separa de Dios, establece la biblia allá en Isaías 59:1-2 «». Lo que nos indica que el pecado hace una barrera, una separación entre Dios y el hombre, pero Jesucristo vino a derrumbar esa pared. Jesús es el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, alabado sea el nombre del Señor, creamos el comenzó a hacer esta obra cuando por nosotros murió en la cruz, y cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, somos perdonados de nuestros pecados y somos justificados, y cada día Dios nos libra de la fuerza del pecado y un día el Señor va a librarnos de la presencia del pecado, ese es el maravilló día de la glorificación, cuando nuestro cuerpo mortal se revestirá de la inmortalidad, cuando nuestro cuerpo corrompido se revestirá de la incorruptibilidad, Dios nos bendiga y permanezcamos firmes en Jesucristo.
OREMOS:
Amado Padre, gracias por amarnos y considerarnos especiales, gracias por el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario, para restaurar el vínculo contigo, que tanto tiempo estuvo perdido. Ayúdanos siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amen