Sin la palabra de Dios nadie puede crecer, pues él nos coloca en una posición distinguida, porque a veces en nuestra pequeñez espiritual, al notar que tenemos algo más que otros, despertamos nuestra vanidad y ofendemos a Dios cayendo en pecado, pero tenemos que recordar que Dios es más grande que todo, él es el creador. Observemos en el libro de Romanos, versículo 9:16 ¨Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.¨ Según lo cual todo acontecimiento que nos ocurre proviene de la misericordia de Dios, por ello siempre debemos tener una visión optimista en cualquier momento, sacando la mejor enseñanza de cada acontecimiento, que a su vez nos prepara para una mayor bendición. En este sentido, en el libro 1 Juan versículo 3:27 ¨Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.¨ De modo que todo lo que recibamos proviene de Dios y tiene un fin determinado, que esta contemplado en el plan que él tiene para nosotros. Por esto, debemos reconocer la grandeza de Dios y para ello es necesario que el ser humano se despoje de toda vanidad o sentimiento que pueda contaminar la relación con el padre, para que entienda su misericordia, porque aun cuando ocasionalmente puedan surgir dificultades, por nuestra fe tendremos la segura victoria.
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Dios les Bendiga