Apocalipsis 21:23 ¨ La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.¨
Dios padre, en esta hora sentimos la necesidad de compartir tu palabra, la cual nos renueva en la fe, alimenta nuestra sabiduría y entre tantos beneficios, esparce tu mensaje con la finalidad de cumplir la función evangelizadora de tu obra. Todo para alabarte y glorificarte. Igualmente te agradecemos por la vida de nuestros hermanos que están contribuyendo a esparcir tu palabra compartiendo estos mensajes bendecidos por ti en las redes sociales. También te agradecemos por haber escuchado nuestras oraciones en la intersección por la sanación de los problemas de quienes nos lo han solicitado.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. La palabra de Dios nos llena de beneficios, renovando nuestras ideas para poder resolver las más variadas situaciones, siempre estamos junto a nuestro Padre Celestial, por eso debemos estar tranquilos y en continua comunicación con él, mediante el estudio bíblico, realización de oraciones y otras prácticas cristianas. El sol es una bola de fuego gigante, en el pueden entrar un millón de planetas del tamaño de la tierra, su luz es beneficiosa en diversos sentidos, sin embargo exponerse mucho al sol puede causarnos grandes problemas, existen ciertos invertebrados que se esconden del sol durante el día y realizan sus actividades en la noche, porque los efectos del sol pudieran producirles la muerte, pero en la nueva Jerusalén no tendremos problemas de ninguna clase por esta exposición al sol, porque según el versículo allá no habrá sol, porque la luz provendrá del cordero de Dios, su luz es calma, no nos agrede ni nos daña, ella es suave como la luz de la luna. Vamos a prepararnos para vivir en esa ciudad donde Jesús traerá toda la luz, y el brillo sera grandioso.
OREMOS:
Dios Amado, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas y las que seguirás otorgándonos en relación a nuestra obediencia, ayúdanos a realizar todas nuestras actividades de manera correcta, a evitar la exposición al pecado, a mantenernos vivos en tu presencia y ser mejores siervos cada día para que te sientas agradado por nuestras acciones. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen