Salmo 137:1 ¨ Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion.¨
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. El contexto de este versículo es el exilio del pueblo de Dios a Babilonia, se pasó de antigua gloria a actual devastación, muchos recordaban con nostalgia aquellos días del pasado cuando Dios eligió a Jerusalén, para habitar en él, Sion es el nombre poético de Jerusalén, donde no quedaba nada sino un gran vacío, y junto a las aguas de Babilonia, los Israelitas se sentaban y lloraban por el amargo recuerdo de la tragedia vivida, mientras habitantes de Babilonia se burlaban, pidiéndoles que cantaran las antiguas alabanzas, pero los Israelitas se negaron, perdiendo así la oportunidad de demostrar a los opresores que no todo estaba perdido y que Dios no había dado la última palabra. Hoy estamos viviendo en un mundo distante a aquella ausencia de pecados a la que estábamos acostumbrados, nos sentimos que estamos en tierras extrajeras por este asunto, porque el pecado y sus efectos son destructivos, eso llena a cualquiera de tristeza, pero debemos fijarnos en esta historia y notar que los Israelitas teniendo la oportunidad no se manifestaron, entonces nosotros vamos a manifestar la presencia de Dios en nuestras vidas, mejorando y clamando, todo saldrá bien, podemos confiar en eso.
OREMOS:
Padre de amor, colocamos nuestras vidas en tus manos, ayúdanos a alcanzar el objetivo que anhelamos, que se refiere a convertirnos en siervos agradables a ti y cumplidores de tu voluntad. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen