1 Samuel 1:15 “Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.”
Dios querido, hoy dando cumplimiento con las previsiones de tu palabra, estamos siguiendo con apego tu mensaje para agradarte, llevando el amor para con nuestro prójimo, ese amor que nos muestras cada día. Continuamos predicando y orando sin cesar para llevar la palabra de salvación. Bendice este texto y que cumpla los fines evangelizadores consiguiendo transformaciones positivas, una lluvia de bendiciones en todos aquellos que consiguen imprimir en sus corazones tu mandato.
Amados, una vez más iniciamos este dia brillando en el conocimiento de la palabra de Dios, con la cual somos llenados de bencion y paz. A lo largo de este ministerio se han encontrado diversas personas bastante atribuladas con las que ya se ha contactado y el sufrimiento de las mismas es tan grande que pudiera ser malinterpretado por personas qure desconocen los temas biblicos, en el versiculo bajo analisis, el sacerdote ni conocia a Ana y no la entendia en su sufrimiento, de hecho solo la persona que tiene el alma aflicta o que ha experimentado ese sentir puede entender esa experiencia de dolor, la expresion: Derramar el alma ante el Señor se refleja la experiencia mas profunda que el ser humano puede vivir con Dios, ese es el punto en que una persona se entrega completamente a Dios y desde ese punto la fuerte mano del Señor entra en accion, es por eso que no hay nada que alegre mas al corazon del padre que el acto de que el ser humano derrame su alma ante él. Ana tenia en su corazon un motivo que justificaba el dolor, ella no podia tener hijos, nosotros tambien podemos tener alguna necesidad muy intima y que traiga dolor a nuestra alma, la experiencia de Ana es una referencia del amor y la misericordia de Dios y nos enseña de que nosotros no estamos solos, las lagrimas que derramamos estan siendo consideradas con mucha atención y nuestro Dios conforme a la entrega de nuestro camino a él, realiza por nosotros las maravillas, asi como hizo con Ana al darle a Samuel. Dios conoce el alma de quien verdaderamente se entrega a el para tener una genuina transformación, como lo hizo Ana al rendir su adoración completa cuando derramo su alma, asi mismo debemos hacer nosotros abrir nuestros corazones a Dios y el operara en favor de nosotros en nuestros pedidos o necesidades.
OREMOS:
Padre amado, ayudanos a tener una fe semejante a la de Ana que nos capacite a depender completamente de ti, al punto de derramar nuestras almas ante ti, que nuestros grandes deseos se concreten desde hoy. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen
INVITACIÒN:
Gran utilidad presentan los artículos relacionados a esta publicación los cuales sugerimos leer para clarificar la orientación de la palabra, recuerde dejar su comentario. Dios le bendiga.