Mateo 8:8 “Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, Dios se siente agradado cuando percibe que cada mañana aceptamos su invitación y nos nutrimos de su palabra, la cual surte efectos positivos en nuestras vidas. Antes de nuestra reflexion hay un punto que es interesante abordar, el cual se refiere a ese deseo por querer superar en fe a su propio hermano o querer creerse mejor en alguna area, ese tipo de competiciones por lo general acaban en conflictos y debemos evitarlas, esta bien que procuremos hacer las cosas del mejor modo posible para agradar a Dios, pero sin pisotear al hermano, procurando generar beneficio comun y ayudando a quien lo requiera a encontrar al salvador de nuestras vidas para que puedan alcanzar al padre. El versiculo de hoy nos relata la historia de un centurión romano que tenia el cargo de cuidar o comandar a cien soldados que eran conocidos por su habilidad para usar la fuerza para garantizar el poder al imperio romano, ese centurion conocia y respetaba al Dios de Israel, incluso habia edificado una sinagoga para rendir culto al unico Dios verdadero conforme a la escritura, otra cosa importante es que el desperto ese interes en Dios a causa de un siervo enfermo que trabajaba en su casa, apesar de que entre los romanos los siervos eran esclavos que eran vendidos en las plazas, el centurión era diferente porque el sentia algun afecto por su sirviente al punto de hacer lo que estaba a su alcance para que fuera curado el sirviente, ese centurión nunca habia visto al salvador pero las noticias que le llegaron a los oidos le inspiraron fe, creia que Jesus podria curar a su siervo, pero como se sentia indigno de llegar hasta Jesus decidio llegar hacia los ancianos de los judios, a fin de pedirles para que fuera curado el siervo. Jesús escucho y partio inmediatamente para la casa del oficial, pero cuando este oficial supo, le envio un mensaje a Jesus, diciendo: Señor yo no soy digno de que entres debajo de mi tejado , di una palabra para que mi siervo sea curado, porque yo tambien soy autoridad, tengo soldados a mi cargo, doy ordenes y mi pelotón las cumple, entonces oyendo esto Jesus dijo, que ni en Israel habia encontrado una fe tan grande como la del centurión, y en el momento que Jesus fue, el siervo quedo curado. Jesus vino a este mundo para salvar pecadores, debemos verlo como nuestro salvador que nos dara una vida de optima calidad, por tal motivo confiemos en el Señor por mas indignos que nos creamos.
OREMOS:
Padre querido, nos entregamos en tus manos, contribuye con nosotros aunque seamos indignos de ti, sinceramente tenemos fe en tu palabra y por esa razón actuamos conforme a tus indicaciones, para que obtengamos una victoria continua en nuestras vidas. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen