En líneas generales la comunicación con amor es un potenciador dentro de las relaciones humanas, cuando todas las partes deciden llevarla a cabo, todo mejorara inevitablemente. Aunque agitación de la vida cotidiana nos hace actuar de manera mecánica, y hasta a veces causa que olvidemos invertir en la unión matrimonial.
Más allá de cualquier aspecto, este acto constituye una práctica bendecida, que alimenta la unión matrimonial, donde se recomienda una forma simple para potenciar el vínculo, se trata de programar un tiempo para realizar una oración que persiga cimentar y fortalecer la relación entre las tres partes integrantes del matrimonio, las cuales son: Dios y los conyugues. Estableciendo algunos parámetros que nos permitan hacer la diferencia, comenzando desde nuestros hogares, posibilitando la genuinidad del amor, para incentivar el crecimiento de un lazo de afectivo emocional, de amor creado por Dios. De lo comentado surge la importancia de este tipo de oración conjunta y en privado, donde se fije una organización en que alternadamente cada uno de los conyugues dirija el clamor diario, manifestando las necesidades de la pareja, las peticiones para obtener la satisfacción de los requerimientos, se fortalezca el compromiso al asumir la responsabilidad por los cambios que servirán para ajustar la relación. Además, el necesario sostener la mano del conyugue durante la oración para simbolizar la unión, seguido de un abrazo y un beso, como acto de cierre y aceptación de la interacción.
Si logro realizar esta experiencia, responda:
¿Cómo ha mejorado su relación desde el inicio de esta práctica?