Isaías 1:3 ¨ El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. ¨
Padre nuestro, este día traemos una grandiosa interpretación de tu palabra, con el objetivo de contribuir a causar cambios radicales en aspecto positivo para todos los que nos nutrimos de estos escritos, extiende tu bendición sobre el mismo, pues con este texto queremos alabarte, glorificarte y esparcir tu mensaje a través de este medio.
Amados, ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué motivo somos llamados amados acá en este ministerio cristiano?. La respuesta es sencilla, Dios a todos nos ama sin discriminación, esto es hermoso, pero hay algo más en esta respuesta que es un enigma escondido entre las palabras, se refiere a que solo quienes retribuyen ese amor, son los que logran activar una constante bendición. Demos al menos un paso en esta dirección, ejercitando nuestro amor por el prójimo, mediante el compartir del mensaje esperanzador. En este versículo, Dios hace una fuerte expresión al comparar a los seres humanos con animales, indicando que los segundos parecían poseer una mayor sabiduría, mas conocimiento, que el pueblo de Israel. Y a veces nos comportamos como los propios animales, más que irracionales, tomamos desiciones, hacemos selecciones, que ni un animal haría, ejemplo una mascota aunque le reprendamos nos continuara amando, y en oportunidades, nos comportamos peor que un animal de estos, pretendemos alejarnos de Dios, no cumplir con sus disposiciones por el hecho de que queremos disfrutar de los placeres mundanos, que no nos llevan a ningún lugar bueno, sino al pozo del pecado. Hay veces que Dios nos corrije por nuestro bien, y nosotros en vez de amarlo nos colocamos en su contra, somos rebeldes y soberbios. Este tipo de actuación de negativa nos ubica en mala posición, inmediatamente nos saca de los caminos de bondad y alerta pues el enemigo celebra, pero lastimamos a nuestro padre. Debido a que nosotros somos la mejor obra de la creación, debemos hacer que nuestro padre se sienta orgulloso de nosotros, usar la racionalidad para dignificar mediante el servicio obediente a nuestro Dios, para representarlo en cualquier lugar que estemos. Puesto a que haciendo esto, propagamos el bien, propagamos el amor, compartimos el mensaje de bondad con nuestras acciones, reflejamos la bendición de Dios de una manera genuina y sin fanatismos, sintiendo en total el privilegio de extender bendiciones a otras personas, nosotros podemos hacer eso de tantas formas y maneras, que solo basta incluir nuestra racionalidad para mejorar nuestra actuación de bondad
OREMOS:
Padre de Bondad, gracias por tu benevolencia, permítenos mostrarte nuestro amor, amando al prójimo, ejercitando actos de bondad, ayúdanos a usar nuestra racionalidad para hacer el bien a nuestro prójimo y a nosotros mismos. Así te lo pedimos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen