Marcos 8:35 ¨ Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.¨
La paz del Señor colme nuestras vidas y las bendiciones sean mayores cada vez. Hoy señor, considera este texto como una obra de alabanza a tu reinado eterno, permite encaminar a las personas a mejorar notablemente sus pasos en el camino hacia la obra del bien. Bendice este mensaje para que llegue por la obra de nuestros lectores quienes comparten este material por sus redes sociales, a mas personas y lugares para poder cumplir con los fines evangelizadores previsto en la escritura bíblica.
Amados, unirnos en esta nueva formula de evangelizar es enriquecedor para todos, inclusive indica el ejemplo para dar mejor uso del Facebbok, pues en este entorno se mueve la influencia y ataques del enemigo, ya que existen diversas perversiones, pero con el compartir de la palabra de Dios, damos ejemplo de conducta y buena utilizacion de todas las redes sociales, por donde actualmente esparcimos el mensaje para gloria de nuestro Dios. El versículo de hoy nos indica que Dios juega al pierde y gana, perdemos cosas en esta vida y ganamos en el porvenir, de manera que perdemos las cosas que el mundo ofrece, aquellas que aparentemente son llenar de placeres, erotismo, lujuria, entre otras, cierto que perdemos algunas oportunidades en la tierra, pero ganamos en el porvenir, Jesucristo dice: ¨Si quisiéremos ganar la vida, debemos perderla¨. El problema es que queremos jugar un juego al que Dios no juega, y es el que queremos ganar y ganar, referido a que realizar las cosas mundanas y aun tener la salvación, esa es una cuestión que no puede ser bajo ningún concepto, entonces requerimos anular nuestra propia voluntad y permitir que la voluntad de Dios habite dentro de nosotros, de manera que perdamos algunas cosas aquí y ganemos en el porvenir junto a nuestro padre.
OREMOS:
Padre de bondad, gracias por tu misericordia y perdón, estamos agradecidos por la eternidad que nos ofreces, que tu voluntad habite en nosotros. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.