Salmos 5:9 ¨ Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas. ¨
Padre Celestial, te damos gracias por la persona que ahora está atendiendo a la lectura de la palabra, y compartiendo en esta hora, la revelación que nos has hecho mediante el análisis de tus dictados. Permite también, que las ideas que integran el texto, promuevan maravillosamente la satisfacción de necesidades personales de alimento espiritual, que incentivan al cambio.
Amados, las personas que son altamente criticas son también bastante inteligentes, debido a que la criticidad tiene su origen en el pensamiento, el análisis, asi personas que son inteligentes pueden tornarse personas criticas, pero las personas altamente criticas no son bienvenidas en todos los lugares, por el contrario en algún momento ella va quedar aislada, puesto a que la critica debería servir para construir pero lamentablemente la mayoría de las veces ella destruye. El versículo de hoy, nos invita a que cuando hablemos llevemos alegría, optimismo, entusiasmo a nuestros receptores, a que nosotros motivemos a otros empujándolos de alguna manera a alcanzar sus objetivos, que nuestras anécdotas busquen llevar conocimientos, diversión, crecimiento, en lugar de rebajar a las personas, que nuestras conversaciones sean constructivas para que lleven bendición a la vida de todos aquellos con quienes interactuamos, para que demostremos que Dios esta presente en nosotros, que nuestro nivel de maduridad nos lleva a sentirnos bien sin necesidad de expresarnos mal de nadie, por esto tenemos que cuidarnos mucho con las cosas que hablemos y aquello que dejamos de hablar. Nuestro objetivo debe ser hablar la verdad, ser sinceros, para ello tenemos que controlar nuestra lengua, en la cual requerimos mas que autodisciplina, requerimos una disciplina de Dios, donde seamos firmes en el obediente cumplimiento a sus mandatos.
OREMOS:
Querido padre, ayúdanos a que podamos enaltecer personas con nuestras palabras, que podamos potenciar su crecimiento, motivarles de una manera provechosa. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.