Marcos 1:21 ¨ Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba.¨
La paz del Señor colme nuestras vidas y las bendiciones sean mayores cada vez. Buscamos en este tiempo compartir la poderosa palabra reflejada en la escritura bíblica, la cual constituye los cimientos de la obra divina del evangelio. Padre Amado, considera este mensaje como instrumento útil a tu obra en el camino del bien. Rogamos para que este mensaje llegue a gran cantidad de personas y contribuya a generar algún cambio significativo.
Amados, todas nuestros procederes dentro del camino de la salvación, Constituyen un placer que nos proporciona una nueva visión de la vida, aportándonos estabilidad, comodidad y agrado con nuestros procederes, teniendo clara conciencia de que obramos de la forma correcta, trayendo sentido a nuestras vidas y ello es la mejor recompensa que podemos recibir, sin olvidar que estos actos bondadosos generaran consecuencias de bendición que por añadidura recibiremos. El versículo de hoy, se refiere al deber de acudir a la iglesia. Veamos que Jesús visitaba la iglesia en su época representada por algunas sinagogas, es verdad que muchas personas no acuden a la iglesia por varios motivos, es cierto que en la iglesia existen muchas corrupciones, esto es actualmente y también fue antiguamente, recordemos el tiempo en que Jesús saco a los Judíos del templo por comercializar en la casa del padre, entonces tomemos de este ejemplo la existencia de perversiones en la iglesia y que debemos sobreponernos a ellas, logrando saltar sobre lo malo para extraer lo bueno que existe en reunirse en un lugar destinado a la alabanza al padre. Por tanto requerimos frecuentar una iglesia, donde se compartan lecciones sobre la vida de Jesús y el ejemplo marcado en la biblia.
OREMOS:
Padre amado, deseamos que estés siempre a nuestro lado, procuramos mantener obediencia a tus disposiciones, ayúdanos y condúcenos a encontrar una iglesia donde se impartan conocimientos ajustados al cumplimiento de tu voluntad. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.