Romanos 8:13 ¨ porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. ¨
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, cada día, todo el tiempo debemos buscar del padre, clamar a él pidiendo ayuda para las dificultades que inevitablemente se nos presentan de forma cotidiana, pues toda ocurrencia en nuestra vida es importante para Dios. Todo es relevante, el nos ama y esta allí cerca de nosotros para atendernos. El versículo de hoy nos trae una importante enseñanza referida a que si nosotros damos continuidad a las obras pecaminosas, sean pensamientos, omisiones o acciones, de igual manera moriremos, refiriéndose a que seremos ignorados a la hora del otorgamiento de dadivas celestiales, ahora si permitimos que nuestra naturaleza espiritual viva haremos que las obras de la carne fenezcan y podremos alcanzar vida eterna a partir de las acciones apegadas a los mandatos del padre, en otras palabras el hecho de no ir al cielo no será un castigo sino un resultado de nuestros desaciertos a la hora de decidir, nuestro padre no definirá nuestra perdición o salvación, porque eso lo definimos nosotros, escojamos vivir para siempre y no morir para siempre. Tomemos la decisión correcta de vivir conforme a la voluntad de Dios para ser premiados con vida eterna.
OREMOS:
Padre adorado, tu conoces todo sobre nosotros, perdona nuestros pecados y ofensas, calma aquellas pasiones que nos alteran, permítenos orar continuamente actuando según tus mandatos, para recibir todo aquello que nos prometes y esperamos, Ayudanos a que podamos vivir obedientes a tus mandatos, practicando la fe. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen