Romanos 2:21 ¨ Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?¨
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, la palabra de Dios nos indica de una manera precisa las formas correctas de proceder en un mundo tan confuso como este. El versículo de hoy contiene una enseñanaza referida al hecho de ser congruente con las cosas que se predican, existe un dicho en sociedad que establece que: ¨No puedo escuchar lo que me dices porque el ejemplo que das habla mas alto¨, conociendo esto vamos al tema. Hay mucha gente que enseña a los otros y es incapaz de vivir aquello que enseña, esta persona conoce toda la teoría pero es incapaz para la practica, una persona no puede indicar el camino a la salvación a otros si aun no es salvo, de nada sirve que prediquemos contra la bebida alcohólica y en poco tiempo nos encontramos ingiriendo licor, por ejemplo, aunque es aplicable a cualquier situación, lo interesante es mantenernos firmes con lo predicado, si hablamos de rechazar el mal y no estamos haciendo el bien en nuestra vida, mas bien estamos dando un mal testimonio. Es necesario que alla armonía entre las palabras y las acciones, algo tan simple que muchos no consiguen, no es nuestro deber juzgar a nadie, pero es necesario auto reflexionar y valorar si lo que enseñamos lo practicamos. Recordemos que el ejemplo da un peso aun mayor a nuestras palabras.
OREMOS:
Padre adorado, tú conoces todo sobre nosotros, perdona nuestros pecados y ofensas, calma aquellas pasiones que nos alteran, permítenos orar continuamente actuando según tus mandatos, para recibir todo aquello que nos prometes y esperamos, ayúdanos a confiar más en ti en cada segundo de nuestras vidas. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen