Lucas 22:47-48 ¨Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.¨-¨ Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?¨
Padre Amado, gracias por el día de hoy, la bendición de permitirnos vivir un nuevo día, ciertamente hoy van a ocurrir acontecimientos diversos que hasta ahora son un desconocido para nosotros pero que sabemos que a tu lado podremos solucionar del mejor modo posible. Ilumina la vida de todos los lectores que al igual que nosotros contribuyen a esparcir el mensaje y que llevan la palabra a la acción desarrollando actos positivos que te son agradables a fin de honrar tu nombre. Compartimos en este día un versículo importante al igual que muchos otros, para incentivar a la mejoría de las personas.
Amados, Judas no fue el primero ni el ultimo en traicionar con un beso, conocemos personas que en nuestro frente otorgan sonrisas, elogios, son personas agradables pero que a nuestras espaldas son traicioneras, que buscan afectar a los demás, ese tipo de personas existen en abundancia esas que solo esperan que alguien caiga para pisarles. Jesús paso por situaciones diversas donde vivió la traición de los seres con quien cotidianamente interactuaba, el entiende nuestro sentimiento cuando pasamos por esa situación en la cual alguien nos traiciona, y nos recomienda soportar, mantener una línea de conducta donde la calma que proporciona el amor de Dios, sea la base de nuestro comportamiento, nosotros no necesitamos vengarnos de nadie, dejemos todo a nuestro padre, pues es inevitable interactuar con este tipo de personas. Ahora bien, nosotros podemos extraer, minimizar y hasta pausar la existencia de problemas en nuestra vida solo acercándonos a Dios, nutriéndonos en su palabra y actuando conforme a ella, cierto es que el sabio evita al mal haciendo el bien, entonces tengamos eso presente a la hora de dar cualquier paso o intentar alguna acción, pensemos las consecuencias y evaluemos los posibles resultados junto a los efectos que llegarían a causar.
OREMOS:
Santo Dios, tú que eres el ser Omnipotente, fuente de toda santidad y salvación, queremos venir para agradarte mostrando concordancia entre nuestros dichos y nuestras acciones las cuales hemos entregado totalmente a tu obra, queremos manifestarte que en ocasiones podemos vernos tentados a salirnos del camino por todas aquellas formulas de ataque del enemigo, pero sabemos que estamos contigo y que nadie nos vencerá porque estamos en tu compañía. Gracias por darnos tranquilidad, calma, seguridad como consecuencia del conocimiento de tu palabra oportuna, ayúdanos a direccionar nuestras interacciones de un modo adecuado, a evitar la traición y cuando no fuere posible, entonces otórganos la capacidad de poder soportar este sufrimiento de una manera enriquecedora que contribuya a despertar nuestros dones en beneficio del prójimo. Son nuestras peticiones, que llenos de fe hacemos en esta oportunidad en nombre de tu hijo Jesucristo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.