La unión entre el hombre y mujer, en matrimonio es sacrificio agradable a Dios, acto que glorifica enormemente al Padre Celestial, cuando es llevado con santidad y honor. Naturalmente, en la relación existen buenos y malos momentos, pero la falta de preparación de las parejas los lleva a deteriorar el vínculo, por lo cual es importante resaltar, que el hecho de saber manejarse en cada situación, es lo que hace la diferencia. El mandamiento principal que Dios nos sugiere, es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, también nos sugiere examinar las situaciones manteniendo los aspectos beneficiosos de cada hecho, y nos exhorta a someternos unos a los otros apegados a las prerrogativas dispuestas en su palabra. Entonces, parece increíble que aun sabiendo esto, puedan existir parejas en discordia, lo cual denota que en la pareja no hay presencia de Dios. Podemos fijarnos en el texto de Libro Proverbios, versículo 16:9 ¨El corazón del hombre propone un camino, pero Jehová endereza sus pasos¨. En este sentido, es menester colocar a Dios en frente de nuestros deseos de conformación de una unión en este caso, para que su guía nos mantenga en rectitud, de otro modo estaríamos fracasando desde el comienzo. Con estas palabras, se nos invita dentro del contexto del matrimonio a colocar a Dios en Comando de la relación, abrazarnos disciplinadamente a sus principios, y consecuencialmente observaremos como nuestras vidas de pareja mejoraran permanentemente.
INVITACIÓN:
Según lo que establecen las escrituras:
Mateo 7: 7-8 ¨Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.¨-¨Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.¨
Hemos de elevar nuestra petición ante nuestro proveedor quien nos concederá en el momento oportuno, por tal motivo le invitamos a realizar esta petición con observancia a la siguiente oración, siga el link:
https://reflexionescristianas.com.ve/el-matrimonio-bendecido/