15 de Diciembre: Santuario

Levítico 4:30-31 “Luego con su dedo el sacerdote tomará de la sangre, y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar. Y le quitará toda su grosura, de la manera que fue quitada la grosura del sacrificio de paz; y el sacerdote la hará arder sobre el altar en olor grato a Jehová; así hará el sacerdote expiación por él, y será perdonado. “

 

Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Bienvenidos como siempre a este lugar, donde estudiamos la palabra bíblica, y, la reflexionamos para ser mejores personas cada día. Llevemos: El buen ejemplo al prójimo, para motivarlos a seguir el camino de la salvación, cuándo hacemos esto, agradamos a Dios. Difundamos este material, para todo lugar, la misión es ayudar a los demás.

 

 

Cada día en que buscamos la palabra de Dios, es como si nos estuviésemos juntando, aunque estemos separados, en la presencia del Señor. Estamos en la casa de Dios, en la presencia del Señor, cuando estamos buscándolo con sinceridad. El campamento de Israel era organizado alrededor de la casa de Dios, el santuario, o, el tabernáculo, estaba en el centro del campamento, lo que representaba el papel central de Dios, en la vida de los habitantes de este lugar, además de reflejar la cercanía de Dios con su pueblo. Pero lo que el santuario de Israel nos trae respeto a enseñanza sobre la obra redentora de Jesús es lo que vamos a reflexionar hoy. Ese texto que hoy estudiamos, describe el sacrificio por el pecado, de una persona común en Israel. Veamos que el sacerdote, actuaba como mediador entre Dios, y, el pueblo. La sangre de un animal es el centro de la expiación, eso está estipulado en los versículos contenidos en levítico 17:11, qué establece: ¨Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.¨, lo cual nos indica que la sangre representa vida, el uso de la sangre en el altar significa: la vida del animal, siendo ofrecida en lugar de la vida del pecador, apuntando para la necesidad de un sacrificio. Para la remisión de los pecados, el verso incluye que a partir de la realización de ese ritual, el sacerdote hacía expiación por la persona, y, el pecado le era perdonado, la obra redentora de Jesús es vista, en todos los ángulos del Santuario, canción practicado en aquel momento, figura el sacrificio del Señor Jesucristo. En el versículo, Juan 1:29, se establece: ¨El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.¨, Siendo Cordero de Dios, la sangre de Jesucristo, representó el instrumento necesario, para la remisión de los pecados de la humanidad, y, así, Jesús es sacrificio perfecto que cubre todas las expectativas de la ley. Con la vida, obra, muerte, y, resurrección de Jesús, el santuario y sus servicios, realizados aquí en la tierra, encontraron su verdadero significado, y, como consecuencia, dejaron de ser necesarios. Todo Ritual del Santuario, era una sombra, una ilustración que apuntaba hacia Jesús, el cordero de Dios. Lo que cambió, no fue la forma en la cual las personas fueron salvas, y, reconciliadas con Dios, siempre fue por la gracia del señor,  pero con el sacrificio de Jesús, la sombra se hizo, una hermosa realidad, en toda la Biblia podemos observar los esfuerzos de Dios, para redimir al ser humano, el símbolo del santuario retrata a un Dios de amor, qué fue capaz de sacrificar a su único hijo en nuestro lugar, nuestra respuesta ante este amor extraordinario. Debe ser la mejor respuesta: Qué es brindarle nuestra obediencia a su mandato.

 

 

OREMOS

 

Amado Padre, queremos agradecerte por el sacrificio de Jesús en la cruz, el cuándo reconcilió contigo. Sacrificio que, desde los inicios, venía siendo anunciado por las actividades del Santuario, y que hoy se anuncia, en cada momento en que damos El buen ejemplo y llevamos almas a los caminos de la salvación. Apóyanos siempre. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesús. Y, agradecemos, pues sabemos que vas a obrar en nuestro favor.

 

Amén.

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