Lucas 22:61-62 “Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente. “
Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Es un placer estar aquí reunidos, para estudiar la palabra de Dios, él siempre nos orienta para ser mejores individuos cada vez, y, nos garantiza su favor si cumplimos su voluntad. Compartamos este mensaje, para orientar al prójimo, hacia el camino de la salvación, y, lo más importante, agradar al Padre Celestial.
Ese mismo, Dios que nos ayudo antes, y, ayudo a otros mas, que cumplieron su voluntad, nos ayudará ahora si cumplimos su voluntad, y, procedamos bien. En el texto bíblico, que encabeza este material, Lucas nos habla sobre el momento que aconteció luego de que Jesús fuera llevado a la casa del sumo sacerdote de Israel, y, fuera humillado, de pronto Jesús ve a Pedro, que lo estaba siguiendo de lejos, y, en esa hora Jesús fijo los ojos en Pedro, no hubo dialogo, simplemente una mirada, pero una mirada fija, y, allí Pedro recordó la palabra del Señor, como le había dicho: ¨Hoy me negaras tres veces, antes de que el gallo cante¨, y Pedro salió de allí y lloro amargamente. La cuestión es que tres veces Pedro había negado conocer a Jesús, minutos antes, y, ellos se encuentran después de la tercera negación, Pedro recuerda que Jesús le había dicho: ¨Te consideras fuerte espiritualmente, pero eres débil, por eso vas a negarme tres veces, antes de que cante el gallo¨ y, Pedro salió de allí a llorar amargamente. Creamos que en esa mirada de Jesús no había crítica desprecio o condena, en esa mirada de Jesús había mucha compasión, la mirada de Cristo, destruyo sentimentalmente a Pedro, pero esa mirada hermosa de Cristo reconstruye, a todos aquellos que lo ven con sinceridad, la mirada de Jesús atrapo a Pedro, pero también lo liberto, aquella mirada de Jesús lo hizo, llorar amargamente, pero esa misma mirada, hizo que Pedro tuviera una experiencia de genuino arrepentimiento, confesión, y, recibir perdón, para experimentar el jubilo y la alegría de aquel que es encontrado y perdonado por Dios, Pedro lloro amargamente por verdadero arrepentimiento, la mirada del maestro para él, fue lleno de ternura y compasión, tanto es que Pedro se convirtió en un nuevo hombre, porque su arrepentimiento fue genuino, no solo llorar amargamente, la verdad la gran prueba del arrepentimiento no es cuando el ser humano llora, sino cuando cambia, y, Pedro cambio radicalmente, Pedro encontró desde ese momento una vida victoriosa, la prueba de eso es que tiempos después de que Jesús, fuera crucificado, sepultado, resucitado, después que Jesús regreso al cielo, junto al Padre, Pedro y sus compañeros, estaban predicando el evangelio, y, está escrito en el libro de Hechos, capitulo 4, que Pedro y Juan, fueron presos, por haber predicado el evangelio, así que fueron amenazados, y, fue dicho que no deberían predicar otra vez, en este sentido, se expone lo siguiente en: Hechos 4:20 ¨ porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído¨, estas palabras demostraron que Pedro estaba dispuesto a asumir todo por causa de Jesús, nosotros no podemos dejar de hablar de las cosas que vimos, y, conocemos sobre Jesús, así que: Evangelicemos siempre, prediquemos sin cesar. Dios nos bendecirá.
OREMOS:
Padre Amado, en esta oportunidad venimos ante ti, para reconocer tu favor y ayuda en nuestras vidas, por lo cual estamos agradecidos, fortalécenos como fortaleciste a Pedro, y, ayúdanos a continuar haciendo la obra, y, brindando un buen ejemplo. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen