Génesis 6:1-2 “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.”
Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Que placer es encontrarnos aquí, perseverando en el camino a la salvación. La confianza en uno mismo es esencial en nuestro camino hacia adelante. Esta surge del reconocimiento del amor especial, que Dios tiene por cada uno de nosotros, tal como somos. Al comprender el amor incondicional que Jesús nos demostró al entregarse por nosotros, podemos aprender a querernos y amar a los demás sin condiciones. El amor divino que recibimos, y, compartimos es lo que nutre nuestra estima personal. Compartamos este mensaje para bendecir a los demás y expandir el amor sin límites. ¡Sigamos adelante!
Cuando leemos este texto nos damos cuenta que cuando el texto se refiere a los hijos de Dios, indica a los hijos de Set, un hombre que permaneció fiel a Dios, y, las hijas de los hombres, que se refieren a las hijas de Caín, el hijo rebelde, cuya descendencia siguió su mal ejemplo. Los descendientes de Set eran hombres de un linaje santo, ellos estaban manteniendo el compromiso de fidelidad a Dios, pero todo cambio cuando ellos vieron que las hijas de los hombres eran bonitas, dieron continuidad a la vieja costumbre impuesta por el gran Adán, de caer en manipulaciones femeninas. La secuencia de los versos muestra el daño que causo esa unión entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres, el resultado final fue la decepción de Dios, en haber creado al ser humano, y, se vino el diluvio, ahora consideremos que todo comenzó cuando los hijos de Dios se unieron a mujeres pecadoras, idolatras, paganas, no comenzó antes de eso, comenzó a raíz del descontrol de los hijos de Dios que cayeron en los encantos de las hijas de los hombres, antes de tomar a esas mujeres como esposas, ellos vivían bien, esas descendencias vivían en distintos lugares, cada linaje habitaba en un lugar diferente, pero en determinado momento, aquellos que deberían permanecer santos, separados para Dios, ellos decidieron ver, observar a mujeres que claramente tenían propósitos distintos a los propósitos de ellos. Una actitud pecaminosa no ocurre de un día para otro, el pecado comienza en el corazón, el comienza con una simple actitud como mirar, entonces va ganando forma, recordemos que Jesús en el Sermón de la Montaña, habla sobre el peligro de colocarse en situaciones de riesgo para el pecado, el afirma en Mateo 5:29, lo siguiente: ¨Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.¨, seguro podemos entender esta exageración en el mensaje de Cristo, en este verso, Jesús nos llama a ser duros con nosotros mismos, que tomemos actitudes drásticas, pero no nos coloquemos en situaciones que dan abertura para el pecado, pues lo que está en juego es nuestra vida eterna, solo nosotros sabemos nuestras luchas y tentaciones, la invitación que se nos hace hoy, es a vigilar las entradas de nuestras almas, consideremos que somos hijos de Dios, somos propiedad privada de Dios, no permitamos que el pecado de cualquier manera, nos comience a atraer, para al final destruirnos, Dios tenga compasión de nosotros.
OREMOS:
Padre Amado, ayúdanos a tener nuestros corazones sensibles a la voz de tu espíritu al advertirnos, y, alertarnos día a día, sobre los peligros que nos rodean, y, que tengamos fuerza venida de ti, para resistirnos a todo mal, y, para transformar en nuestro beneficio, para bendición de todos, cada situación que acontezca. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen