02 de Julio: Santifiquemos a los hijos

2 Samuel 18:33 ¨ Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío! ¨

 

Amados, que la Paz de Dios, sea con todos. Es maravilloso poder conectarnos con Dios, a través de esta actividad que estamos haciendo juntos. Jesucristo nos dio un gran ejemplo, al pasar gran parte de su tiempo en oración, incluso durante momentos difíciles como su crucifixión. Aunque físicamente murió, Su resurrección ocurrió poco después, fue un testimonio del poder de la fe y la oración constante. Sigamos el ejemplo de Jesús, y, mantengamos una práctica regular de la oración en nuestras vidas diarias. Compartamos este material con otros para que puedan experimentar, los beneficios de esta conexión especial con Dios.

 

 

Que la luz de Dios pueda iluminar los caminos de todos, para continuar en paz, y, con la certeza de que la bendición de    Dios está sobre nosotros. El momento relatado en el verso de hoy, fue vivido por el Rey David, ciando recibió la noticia de su hijo Absalón, un hijo difícil, complicado, que mato al hermano, y, traiciono al Rey David,  pero David lo amaba, y, cuando supo de la noticia, trágica de la muerte de Absalón, David, quedo conmovido, y, el texto dice que el lloro, y, gruta por su hijo Absalón, aquí hay un punto interesante, con sus errores en su vida personal, David fue sin duda, el mejor rey de Israel, pero no el mejor padre de la biblia, David venció a Goliat, un gigante, pero no logro derrumbar las barreras de su relación familiar, David consiguió conducir con éxito una nación, pero no tuvo éxito en la conducción de su propia casa, David no tuvo con los hijos el tipo de relación que debería haber tenido, por eso en el tiempo de la muerte de Absalon, mas que tristeza, parece que David revela, un profundo sentimiento de culpa, por no haber convivido y educado a sus hijos, como debería haber hecho, hay que hacer un contraste en la reacción que David tuvo con la muerte de su hijo, y, la reacción que tuvo Job, con la muerte de sus 10 hijos, la historia dice que los hijos de Job estaban reunidos en la casa del mayor de los hijos de pronto ocurrió una tragedia, y, murieron todos enterrados, y, la reacción de Job, fue arrodillarse, y, en lugar de reclamar, el dijo: ¨Bendito seas Señor, el señor dio y el señor quito, bendito seas Señor¨, es claro que Job estaba afectado por aquel trágico evento, la cosa es que cuando leemos la biblia, y, justamente el libro de Job, podemos ver que todos los días en la mañana Job oraba por sus hijos, y, el reunía a sus hijo, los consagraba al Señor, y, Job hacia eso continuamente, cuando los hijos murieron el se entristeció, pero él estaba en paz con su corazón, porque el sabía que había cumplido su misión de modo correcto, creamos que no hay mayor privilegio ni mayor responsabilidad, que educar a nuestros hijos y direccionarlos para Dios, eso debe ser hecho mientras tenemos la oportunidad, que Dios nos de sabiduría para direccionar a nuestros hijos hacia Dios, que ellos vean a Dios por medio de nuestro ejemplo.

 

 

OREMOS:

 

Amado Padre, santifícanos en tu verdad y santifica a nuestros hijos y, danos sabiduría para educarlos y brindarles el buen ejemplo,. Para que te sigan, y, hagan tu voluntad.. Contribuye con nosotros. Son las peticiones que hacemos, en nombre de Jesucristo.

 

Amen

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