11 de Enero: Hijos obedientes

Marcos 3:35 ¨Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.¨

 

Amados, que la Paz de Dios, sea con todos. Díganle a dios al ayer, díganle adiós al pasado, porque somos nueva creación, pues Jesús ha tomado nuestras vidas, y, las va a moldear, por tanto, estemos tranquilos, únicamente obedeciendo a la voluntad de Dios, llenemos nuestros pensamientos de sus agradables promesas, y, evitemos pensar en las cosas que nos anclan a una vida lejos de Dios. Como ya sabemos, el enemigo nos ataca con pensamientos negativos, pero si permanecemos firmes en obedecer a Dios, le enemigo huira de nosotros. Llevemos este material a nuestros hermanos, para llenarlos de bendición, en un mensaje esperanzador.

 

 

Las otras personas, los mundanos, pueden decir lo que quieran, respecto a nuestra relación con Dios, de cualquier manera sigamos adelante, pues avanzar es necesario todo los días, y, la característica principal de un verdadero hijo de Dios, es la obediencia a su voluntad, así procedió Jesús, durante todo su ministerio, recordemos una de las frases que marco su estancia en la tierra, que fue: ¨Padre, hágase tu voluntad ¨, lo cual esta expresado en diversos versículos. El contexto del versículo que hoy estudiamos, indica que Jesús estaba predicando, anunciando el evangelio, haciendo su trabajo pastoral, y, el local donde Cristo estaba, allí en la casa donde él se encontraba, quedo repleta, mucha gente tanto del lado de adentro, como en el lado de afuera, todos querían verlo y oírlo, y, llegaron la madre de Jesús, y, sus hermanos, se quedaron afuera, no consiguieron entrar, mucha gente estaba sentada alrededor de Cristo, y, alguien le dijo, ¨Maestro, tu madre y tus hermanos, están allá afuera, buscándote,¨ y está escrito, que Jesús pregunto: ¨¿Quién es mi madre?, e, ¿Quiénes serán mis hermanos?¨, Cristo si lo sabía, el tenia cariño por sus familiares, pero era parte de la enseñanza que venía, entonces, mirando hacia los que estaban alrededor de él, dijo: ¨Es mi madre y mis hermanos¨, y, posteriormente expreso, la palabras contenidas en el versículo, que encabeza este material. Su madre y hermanos, no podían controlarlo, solo podían seguirlo, el énfasis de Jesús es que todo aquel, que hace la voluntad de Dios, se convierte en miembro de su familia, siendo así quienes hacen la voluntad de Dios, son integrados a la familia celestial, y, más que eso, un día seremos llevados a la casa de nuestro Padre, un dia estaremos juntos para siempre con el Señor, quien hace la voluntad de Dios, forma parte de la familia de Cristo, porque el hijo por ejemplo, cumple la voluntad del padre, para ser tenido como hijo ejemplar, en este sentido, nosotros si queremos contar con el favor ilimitado del Padre Celestial, debemos cumplir su voluntad, e, incentivar a nuestro prójimo a cumplir la voluntad de Dios, brindando un buen ejemplo.

 

 

Oremos:

 

Amado Padre, gracias por las enseñanzas de Jesús, cuando nos invita a seguir tu voluntad para ser parte de tu familia celestial, ayúdanos a mejorar cada vez, y, a brindar un correcto ejemplo. Colabora con nosotros. Son las peticiones que te hacemos, en nombre de Jesús.

Amen.

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