Éxodo 20:17 ¨ No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.¨
Amados, que la Paz de Dios sea con todos, y, que sea renovada, como siempre en nosotros todos, la bendición del gozo. Recordemos andar de buen ánimo. Muchas personas, que creen tener un conocimiento bíblico avanzado, y, se auto atribuyen el ministerio pastoral, sin ser llamados por el Espiritu Santo, han llevado a las ovejas por caminos equivocados, con certeza ellos obtuvieron un llamado del enemigo, para ser obstáculos, pero sin problemas, todo está bien, porque Dios es más fuerte que eso, si confiamos en que es así, entonces, despreocupémonos, solo estemos contentos y alegres, porque la existencia de esos ministerios, es un indicativo de que se aproxima el regreso de Jesús, continuemos preparándonos, afinando nuestras cualidades, brindando el buen ejemplo a nuestro prójimo, compartiendo este material, y, llevando bendición al necesitado.
Dios dice que no codiciemos, clemente nos indica que eso debemos evitarlo radicalmente, y, es que codiciar y desear intensamente, lo que pertenece a otra persona, sean posesiones, relaciones o realizaciones, ese deseo puede llevar a sentimientos negativos, los cuales conducen a la insatisfacción, por eso Dios nos advierte contra eso pues la codicia nos puede apartar de la gratitud por lass cosas que tenemos, y, nos impide valorar las bendiciones de nuestra propia vida, en tal sentido, en lugar de enfocarnos en lo que otros tienen, somos llamados a cuidar y apreciar las cosas importantes que poseemos, Dios nos proporciona lo que requerimos, y, el conoce lo que es mejor para nosotros, él también nos da condiciones para alcanzar más, cuando nos concentramos en ser agradecidos por lo que tenemos, y, optimizarlo, en esos momentos nuestra perspectiva cambia y, aprendemos a valorar las cosas que muchas veces son desapercibidas, además de eso el texto bíblico nos recuerda de la importancia de las relaciones saludables, a no codiciar a la mujer, al marido, o, a los empleados del prójimo, nosotros somos incentivados a respetar los límites y la privacidad de las otras personas, eso nos enseña a cultivar el amor, y, el respeto mutuo, fundamentales para vivir en armonía, la codicia nos distrae de lo que es importante, cuando nos contentamos con lo que tenemos, y, lo optimizamos, encontramos paz y alegría, aquí tenemos la formula para aliviar o erradicar de nuestras vidas tanto dolor, causado por deseos incorrectos e innecesarios, vamos a enfocarnos en nosotros mismos, en agradecer y mejorar nuestros propios atributos, sin codiciar las cosas de los otros, lo que realmente importa es alcanzar nuestro desarrollo personal, intelectual, material, crecer, para ayudar al prójimo en la medida de lo posible, y, someternos a la voluntad de Dios.
OREMOS:
Adorado Padre, agradecemos tu constante ayuda, y, orientación, concédenos las cualidades necesarias, paras poder agradarte, y, brindar un buen ejemplo al prójimo. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amén.