20 de Octubre: Espera activa

Mateo 25:14-15 ¨ Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.¨

 

Amados, gracias a Dios estamos aquí reunidos otra vez, para estudiar la palabra de Dios, conseguir orientación para nuestras vidas, y, brindar un buen ejemplo al prójimo. Jonás fue un personaje bíblico que fue llamado por Dios para predicar en cierto lugar, pero Jonás en principio desobedeció y pretendió huir de la orden de Dios, por esa razón Dios lo alcanzó e hizo que viviera momentos tremendos de tormentas e incluso hasta fue tragado por una ballena, pero luego de un tiempo de reflexión y oración, Jonás le pidió a Dios liberación y se comprometo a dar cumplimiento a la orden. Nosotros, evitemos consecuencias amargas, hagamos la voluntad de Dios desde la vez primera, compartamos este material con nuestro prójimo.

 

 

Jesús conto a sus seguidores muchas parábolas, las cuales tenían el objetivo de incentivar a sus seguidores a que se prepararan para su segunda venida, y, una de esas parábolas se encuentra en el texto bíblico que hoy analizamos. Esta historia es hermosa, llena de enseñanzas, nos cuenta una historia de una persona que se ausento del país, y, dejo a sus siervos cierta cantidad de talentos según sus capacidades, eran tres siervos, al primero le entrego cinco talentos, al segundo le dio dos talentos, y, al tercero le dio un talento, está escrito que aquel que recibió cinco talentos multiplico el dinero de su señor, invirtió lo cinco talentos y generó cinco más, el que recibió dos siguió la misma limnea e hizo la misma duplicación de dinero, pero el que recibió un talento lo escondió bajo tierra. Posteriormente el señor de los siervos llego e hizo un ajuste de cuentas, entonces, aquel a quien le fueron entregados cinco talentos, devolvió diez y se le felicito por su trabajo, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré, el que recibió dos y entrego cuatro fue felicitado del mismo modo, se le dijo en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré, finalmente llego el que había recibido un talento y expreso: Señor, se que eres un hombre severo, yo quede con miedo y escondió, aquí está el talento que me diste, y, el señor le dijo: Eres un siervo malo y perezoso, yo recojo donde no plante, entonces debiste entregar mi dinero a los banqueros y yo al regresar tendría con intereses lo que es mío, y Jesús dice: Porque al que tiene más le será dado, y, recibirá en abundancia, y, el que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado, aprendemos con la parábola de los talentos que nuestra espera por Cristo debe ser en actividad responsable, con compromiso en la obra del Señor, nosotros no debemos aguardar en una espera pasiva, improductiva, Jesús debe ser esperado en actividad, una espera responsable, así como el siervo que recibió cinco talentos, y, aquel que recibió dos y multiplicaron los valores de su Señor, y, no como aquel que recibió un talento y lo escondió, él fue inactivo, e, improductivo, otra lección importante es que todos recibimos talentos o dones de Dios, verdad que no en la misma cantidad pero debemos ser iguales o semejantes en el fervor y la responsabilidad, Dios no espera los mismos resultados de todos, pero si está aguardando el mismo compromiso, que Dios nos bendiga, y, no importa cuál sea nuestro talento, la habilidad, capacidad, o don espiritual, que recibimos lo importante es que cumplamos nuestra responsabilidad, de la mejor forma, con fervor, responsabilidad, haciendo lo mejor en la obra de Dios, y cuando el se manifieste el dirá: Siervo bueno y fiel, en lo mucho te pondré,

 

 

 

OREMOS

 

Padre amado, te agradecemos por tu palabra que nos enseña a valorar loa importancia de estar envueltos de manera activa y productiva en la espera de tu segunda venida, otórganos las habilidades necesarias para utilizar bien los dones que nos has conferido, y, agradarte siempre. Ayúdanos. Son las peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amen.

Dejar una contestacion