Eclesiastés 9:4 ¨ Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.¨
Amados, hoy nuestro Padre Celestial, nos da la oportunidad de ser más felices, de bajarnos de la canoa de la comodidad, y, mojarnos los pies, para que sintamos que somos capaces de sentir cosas satisfactorias cuando nos ponemos a realizar las prácticas correctas. Abandonemos las prácticas mundanas, abracemos la obediencia a la voluntad de Dios. Compartamos este material.
La idea es simple, cuando una persona muere junto con ella mueren sus pensamientos, sus oportunidades de elegir, de escoger, de establecer principios, prioridades, hay esperanza para el hombre mientras él vive, porque según las santa biblia, cuando la persona está muerta, ella esta en un estado de inconciencia, y, Dios nos juzgara con base a la experiencias de vida, que tuvimos, cuando una persona muere, su destino, ya se bloquea, va para la vida eterna o para la muerte eterna, ese es el punto, en cuanto allá vida, hay esperanza. Y, la gran pregunta: ¿Hemos vivido con sabiduría?, ¿Hemos dado prioridad a Dios?, si es así, no es necesario tener miedo de la muerte, porque como está escrito, ni la muerte puede separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, nuestro Señor, la sepultura no es la morada definitiva de los hijos de Dios, nuestra morada eterna es en la casa del Padre, en su presencia, creamos en eso, no hay fin para quien esta unido a lo eterno, pero recordemos, la esperanza mientras estamos vivos está presente, pero cuando morimos se acaba. No hay que asustarse con la muerte, ello puede pasar en todo tiempo, o, cualquier momento, eso puede suceder con cualquiera de nosotros, podemos morir en cualquier instante, ciertamente a muchos no nos gusta pensar en eso, porque Dios nos creó para la vida, y aunque podemos morir en cualquier tiempo, debemos vivir con sabiduría cada día, dando prioridad a Dios, dando prioridad a su reino. Establece lo siguiente, el versículo: Isaías 45:6 ¨para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo¨, de lo cual vemos que solo podemos buscar a Dios cuando estamos vivos, en la muerte no hay como encontrar a Dios, no nos ilusionemos con especulaciones, que van en contra de lo establecido por Dios, después de la muerte no hay como encontrar a Dios, encontraran a Dios los que murieron cuando sean resucitados, fuera de eso no hay más oportunidad, por eso el consejo es: busquen a Dios, mientras puede ser hallado. Hoy él está cerca de nosotros. Vamos a aceptarlo ahora mismo.
OREMOS
Padre amado, gracias por todo lo que permites que acontezca en nuestras vidas, es agradable sentir tu presencia, y, obedecer a tu voluntad, condúcenos para superar todas las adversidades que se presenten en nuestras vidas. Rehabilítanos, sana nuestras heridas y fortalécenos para avanzar en el camino a la salvación. Son las peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo.
Amen.