Éxodo 14:10 ¨Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.¨
Amados, recibamos la bendición del gozo en este lindo día, conservemos la paz de Dios, actualmente estamos pasando por muchas tempestades en este mundo tan cambiante, pero nuestra solución es aferrarnos a la fe en Dios, actuar conforme a su voluntad, porque precisamos contar con su apoyo todo el tiempo, también requerimos dar el buen ejemplo para continuar llevando almas a los caminos de Jesús, y, que de esa manera lleguen al Padre Celestial. Compartamos este material.
El hecho relatado en el versículo, ocurrió cuando los Israelitas, estaban saliendo para la región de Canaán, ellos seguían felices en el desierto, en dirección s la tierra prometida, que Dios les había prometido ,pero está escrito que en determinado momento, cuando ellos estaban marchando hacia la tierra prometida, el faraón Egipcio, con su poderoso ejército, llago con la necesidad de obligarlos a regresar al pueblo de Israel para Egipto, pues requerían esclavos, y, los Israelitas levantaron los ojos, y, se dieron cuenta que los Egipcios venían atrás de ellos, un ejército poderoso decidido a hacerlos regresar a Egipto, para ser esclavizados, los Israelitas tuvieron miedo porque al final de cuentas ellos no tenían un ejército, ellos no estaban preparados para un combate de esa magnitud, entonces los hijos de Israel, clamaron al Señor. Ese clamor no fue una súplica, fue un clamor de murmuración, de queja y reclamación, tanto así que ellos le dijeron a Moisés, que: ¨Por causa de no haber sepulcros en Egipto, el los había llevado a morir en el desierto¨, en la hora del dolor del desespero, de la angustia, ellos claman al Señor, pero en ese sentido de murmuración, de queja, de reclamación, ellos reconocieron su fragilidad pero se olvidaron del poder de su Dios, muchas veces en la hora de la prueba nos recordamos de lo que deberíamos olvidar, y, nos olvidamos de aquello qué deberíamos recordar, quien saco a aquel pueblo israelita de las garras de Egipto, no fue Moisés, fue Dios, aunque Dios hubiera usado a Moisés fue Dios quien los libero, de las garras de Egipto, y, ellos se estaban olvidando de ese Dios poderoso, que los saco de la esclavitud, recordemos que una sola persona con Dios se convierte en un ejército invencible, no importa la furia del enemigo, Dios capacita a ese individuo que está con él, para resolver la situación, y, alcanzar victoria. Ese mismo Dios de aquel tiempo, quien favoreció a los Israelitas, esta hoy con nosotros, amándonos de la misma manera qué hizo con aquel pueblo, solo debemos obedecerle, para hacer que su mano se mueva en nuestro favor, aprovechemos este momento, y, obedezcamos a la voluntad de Dios. Seremos bendecidos.
OREMOS:
Adorado Padre, colocamos nuestras vidas en tus manos, condúcelas hacia un mayor nivel en todo sentido, concédenos las cualidades necesarias, para glorificarte en todo momento, y, brindar un correcto ejemplo de obediencia, para llevar almas a tus caminos, mediante el ejemplo. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amén.