Mateo 1:23 ¨ He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel,¨
Amados, cumplamos la voluntad de Dios, que esta práctica de la reflexión bíblica sea parte de nuestras vidas, una de las primeras actividades que realicemos al iniciar el día, porque teniendo conocimiento de la instrucción de Dios, podremos ser mejores siervos, y, brindaremos un ejemplo apropiado a nuestro prójimo. Difundamos este mensaje, como lo prevé el versículo de Marcos 16:15.
Es curioso saber que según ciertas creencias, se piensa que nuestros nombres tienen relación con nuestra misión de vida, o, nuestro carácter, quizá con algún otro aspecto de nuestro destino, lo importante es que los nombres cumplen una función, y, se refiere a la de distinguir, o, denominar a la persona que posee un determinado nombre. Este versículo indica una profecía donde una virgen concebiría a un ser dotado de poderes, que reestablecerían la relación entre una humanidad perdida en el pecado, y un Dios amoroso, en principio a esa criatura se le conocía como Emanuel, porque de acuerdo a la profecía era únicamente el enviado de Dios para habitar con nosotros, pero con el paso del tiempo, y el desarrollo de su obra, se le fue conociendo de distintas maneras, pero siempre conservo el carácter de enviado de Dios, un representante de Dios. Quizá hoy nosotros, que estamos leyendo esto, nos preguntamos sobre: ¿Cómo podemos ser enviados de Dios, o, representantes de Dios si no fuimos anunciados en profecía?. La verdad, es que nosotros no fuimos anunciados de modo individualizado en una profecía, pero formamos parte del pueblo de Dios, y, actuamos cumpliendo en todo su voluntad, entonces, podemos ser considerados representantes de ese ejemplo de obediencia a la voluntad del Padre, que Jesús dio. En este orden de ideas, precisamos actuar apegados al cumplimiento de esta voluntad de Dios, PROCEDER COMO Jesús procedió, para que nuestra representación del Padre sea real, y se produzca una salvación con nombre, una salvación, que lleve por nombre: ¨Jesús¨.
OREMOS:
Padre amado, gracias por tus instrucciones y enseñanzas, otórganos la capacidad para aprovechar la salvación que Jesús consiguio, y, dar óptimos frutos en nuestras vidas para alabarte, y, glorificar tu nombre. Favorécenos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesús.
Amen.