Mateo 5:20 ¨ Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.¨
Que la Paz de Dios sea con todos, que la misericordia del Señor nos alcance y que cada día podamos progresar en el camino a la salvación, gracias por reservar este tiempo para crecer espiritualmente, y caminar por el rumbo a la salvación, siguiendo la instrucción adecuada y cumpliendo la voluntad de Dios. Quedamos todos invitados a compartir este material, y llevar bendición a nuestro prójimo.
Jesús se sentó ante el pueblo y profirió las palabras del versículo, debió ser impactante para aquellas personas escuchar una afirmación como esta, los fariseos eran pocos pero muy minuciosos, ellos observaban la letra de la ley, pero a pesar de esto ellos fallaron porque su comportamiento tenia la intención de impresionar a los hombres, pero no agradaba a Dios, Jesús nos advirtió que no hiciéramos lo mismo, pero ¿Cómo podemos ser justos ante Dios?, la parábola de las fiestas de casamiento, descrita en Mateo 22, nos da una pista para encontrar la fuente de la verdadera justicia, la historia de Mateo 22 cuenta que un rey proporciono gratuitamente, los vestidos nupciales para todos los invitados al matrimonio, los que estaban presentes habían sido invitados al azar, mientras viajaban por los caminos quizá se ensuciaron o pasaron algunas inclemencias naturales y no tenían el vestido adecuado para asistir al matrimonio, y ni dinero para comprar una nueva vestimenta, tanto la invitación como los vestidos fueron regalos del rey, el único requisito necesario para participar de la fiesta, era aceptar los regalos, lo interesante es que desde la caída en el jardín del Edén, cada ser humano esta espiritualmente desnudo, Adán y Eva, se sintieron desnudos e intentaron cubrirse cosiendo hojas incomodas, en tal sentido, la mejor justicia que el ser humano, puede conseguir, es como un trapo sucio dice el profeta, como en la parábola, Dios nos provee la ropa que requerimos, el hizo prendas para Adán y Eva, un símbolo de su justicia, que cubre amorosamente al pecador, el Señor concede las vestiduras de justicia a su iglesia, con el fin de que ella pueda vestirse con lino fino, puro y resplandeciente, escrito esta en Apocalipsis 19:8, ese vestido es la justicia de Cristo, su carácter sin mancha, que por la fe es comunicado a todos los que lo aceptan como salvador personal, si hoy queremos ser cubiertos por esa justicia, solo abramos nuestros corazones para que Jesús entre.
OREMOS:
Padre de amor, nuestros corazones son tuyos, nuestras vidas son tuyas, queremos suplicarte que vengas a vivir con nosotros, que nos perfecciones a diario, y que nos consideres siervos agradables a ti. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.
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