3. Moisés y Dios en el Sinaí

La paz del Señor sea con ustedes. Bienvenidos a un nuevo momento de reflexión en la palabra bíblica, en estos primeros días estamos estudiando a diez personajes bíblicos quienes orar temprano les era tenido como habito, con eso podían buscar a Dios a primera hora todos los días, hoy veremos el ejemplo de Moisés.

Éxodo 34:2 ¨ Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. ¨

 

 

 

Después de haber testimoniado sobre las plagas de Egipto, el mar rojo abrirse, y pan caer de cielo, los israelitas llegaron a la península del Sinaí. Delante de ellos con solemne majestad estaba el gran monte Sinaí, la columna de nubes que los acompañaba que los acompañaba durante el día, reposo sobre el cómodo Sinaí, mientras las personas crearon un campamento, allí seria su hogar durante aproximadamente un año, luego después de que formaron el campamento, el líder Moisés fue llamado a la montaña, para encontrarse con Dios. Solo Moisés subió la montaña, y se aproximó a la nube que señalaba el lugar donde estaba presente Jehová, cuando Moisés llegó a lo alto de la montaña el Señor le dio a conocer su ley, los diez mandamientos sobre lis cuales debía pautarse la vida de la población israelita, todos los aspectos de la vida estaban enlazados a esas enseñanzas. Subir hasta el tope del Monte Sinaí, tiene una duración de seis horas aproximadamente, Moisés paso cuarenta días en aquel lugar, en presencia del Señor. En ese tiempo Dios converso mucho con Moisés, y ese gran vínculo hizo que Moisés adquiriera cualidades maravillosas, y su contribución para cin el pueblo de Dios quedo registrada como ejemplo de lo que Dios es capaz de hacer por medio de aquel que mantiene comunión con él. Nosotros al despertar cada día requerimos subir el monte, esto quiere decir que precedamos buscar al Señor, el Salmista declara en el Salmo 121 » Levanto mis ojos hacia el monte de donde me vendrá el socorro». Y el mismo responde: «mi socorro viene del Señor que hizo el cielo y la tierra». Cada mañana principalmente, busquemos la presencia del Señor, busquemos mantener comunión con él mediante el estudio de la palabra, de la oración y la meditación, con certeza nuestro corazón será fortalecido.

 

 

OREMOS:

Padre querido, gracias por ese ejemplo de Moisés, quien temprano buscaba tu presencia, nosotros queremos estar en tu presencia cada día, queremos ser amigos tuyos, desarrollar una comunión contigo. Ayúdanos siempre. Así pedimos en nombre de Jesucristo.

 

Amén.

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