Mateo 14:31-32 “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? “ – “Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, mucha tranquilidad debemos tener siempre, la victoria es nuestra porque cumplimos fielmente la voluntad de Dios, por tal motivo requerimos tener fe de que todo lo que ocurre es para nuestro beneficio y preparación para una mayor bendición. Hagamos que este mensaje esperanzador llegue a más personas y lugares, interactuemos en una cadena de libertad por medio del clic, y llevemos a mas almas a seguir los caminos de Dios.
Es natural que las personas sintamos ciertos miedos, temer a lo desconocido está en nuestra naturaleza, y en ciertos momentos ello es necesario porque si usamos el miedo de manera positiva, este sería un sentimiento que nos motiva a movernos para conseguir una mejor posición, aunque si lo observamos desde otro punto de vista nos podría mantener en pasividad, por eso es preciso controlar este sentimiento. Podemos notar que cuando un bebe nace, lo primero que hace es llorar, eso permite saber que nació con vida, de lo que se deduce que si no llora es algo preocupante, siguiendo con este ejemplo cuando él bebe crece allí tiene diversos miedos, por eso es necesario enseñarle a no temer, el llanto y el miedo nos acompañan desde el día en que nacemos, por eso tener miedo es normal, pero ¿Sera que existe un momento en nuestras vidas que no requerimos tener miedo?, para esta pregunta la respuesta es siempre debemos carecer de miedo, veremos el motivo en las líneas sucesivas tomando en cuenta la explicación bíblica. Después de un día intenso de predicación Jesús se despidió de la multitud y fue a orar solo, y al retirarse de los discípulos para orar solo ellos hicieron entonces la travesía del mar, al caer la tarde los discípulos vieron que algo se aproximaba a ellos, sobre las aguas y pensando que era un fantasma se asustaron, gritaron, pero era el propio Jesús, y cuando Pedro percibió que era Jesús pidió para ir hasta el, pero es natural que los seres humanos sintamos miedo, así tengamos a Cristo al frente, si nosotros quitamos la mirada de él quedaremos sujetos al miedo, al desespero y eso aconteció con Pedro, el clamo a Cristo por ayuda debido a que se estaba hundiendo. Así que, Jesús agarro a Pedro, lo llevo a un lugar seguro e hizo al viento calmarse, si existe un momento en que no requerimos tener miedo es cuando estamos mirando para Cristo, quizá estemos prestando mucha atención al viento, a la tempestad, en las olas de nuestras vidas, pero hoy Cristo nos invita a mirarlo, miremos fijamente a Jesús, asi no nos hundiremos, eso no quiere decir que problemas no van a surgir, ellos vendrán, pero nosotros tendremos buen ánimo para realizar las acciones necesarias para alcanzar la victoria.
OREMOS:
Padre querido, gracias por tu enseñanza de amor, te pedimos que no nos desampares, que aunque vengan problemas nos ayudes a superarlos y alcanzar victoria. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.