Génesis 4:3-5 “ Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.¨ – ¨ Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; ¨ – ¨ pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. ¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, es una bendición estar reunidos hoy aquí. Precisamos ser continuos en el estudio y meditación sobre la palabra bíblica, ello nos permite mejorar constantemente en las diversas áreas de la vida. Compartamos este material por las redes sociales para llegar a más lugares y personas.
¿Por qué Dios acepto la oferta de Abel y no la de Caín?. Para entender esta respuesta debemos saber que el sacrificio que era ofrecido a Dios desde que Adán y Eva pecaron, era para que el perdón de los pecados fuera concedido, el cordero tomaba el lugar del pecador y su deuda era pagada, entonces cuando Caín en lugar de traer a un cordero, trajo fruto de la tierra él estaba intentando recibir perdón por sus propias obras, y ganar la salvación por sus propios méritos, pero mientras tanto Abel reconocía la necesidad de un salvador, porque no había nada que personalmente se pudiera hacer para merecer el perdón divino. Un detalle muy interesante ¿Cuál fue la oferta que Dios acepto?, claramente fue la de Abel, y puede ser que hoy estemos queriendo perdón como Abel por nuestras propias obras, y ganar loa salvación por nuestros propios méritos, pero todo lo que Dios quiere que hagamos es reconocer nuestra necesidad de un salvador, que aceptemos el sacrificio de Cristo en la cruz en nuestro favor, y la biblia enseña que la salvación es un don que Dios nos otorga y al cual debemos apegaros por la fe, Jesús tomo nuestro lugar en la cruz para que pudiésemos tomar lugar en el reino celestial, y delante de tanto dolor nuestras vidas son una gracia constante, porque precisamos amar a aquel que nos amó. Eso es lo que estaba claro en la oferta de Abel y por eso Dios acepto. Por tal motivo requerimos hoy reconocer nuestra dependencia de Dios, porque dependemos de él, quien operara maravillosamente en nuestras vidas.
OREMOS:
Padre querido, no tenemos nada para ofrecerte, pero queremos reconocer nuestra necesidad de ti, ayúdanos a cumplir tus mandatos y ser siervos agradables a ti. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.