Juan 17:18-19 “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.¨ – “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Mantengamos la calma y paciencia en medio de las adversidades, porque cuando nos alteramos además de dar mal testimonio e ir en contra de la voluntad de Dios, estamos agravando la situación, entonces mantengamos la calma, asi halláremos una resolución tranquila y fácil de alcanzar.
En la parábola de la oveja perdida, Cristo enseña que la salvación no es alcanzada por buscar a Dios, sino porque Dios nos busca, no nos arrepentimos para que Dios nos ame, pero el revelo su amor para que nosotros nos arrepintamos, cuando alguien se va lejos del pecado y busca a Dios, muchas veces encontrara sospecha y critica, hasta existirán personas que dudara, si el arrepentimiento es genuino, pero esas personas que dudan no hacen la obra de Dios y si la obra de Satanás, porque la obra del enemigo es acusar a los hermanos, con las criticas el enemigo pretende desvirtuar a todos aquellos que han decidido regresar a los brazos de Dios, siempre existirán personas trabajando para Satanás en la tierra, por eso no desanimemos de correr hacia Jesús en cuanto hay tiempo, Cristo representa según la parábola de la oveja perdida, no solo al pecador individual, sino a todo el mundo que se apostato y se arruino por consecuencia del pecado, en realidad este mundo es solo un átomo, en el vasto dominio que Dios preside, con todo, este pequeño mundo perdido constituye la única oveja extraviada es más preciosa a sus ojos que las noventa y nueve que se encuentran seguras en el redil. Todos nosotros a lo largo de nuestra experiencia, solo podemos encontrar salvación en Jesucristo, y nosotros que un día fuimos salvos, somos llamados ahora a trabajar por la salvación de los otros, porque ese es el resultado del verdadero encuentro con Cristo, por eso miremos siempre hacia Cristo que nos santifica, y al ser transformados por el seamos bendición para la transformación de la vida de otras personas, fue eso que Jesús enseño en el texto de hoy, el se santificaba para bien de otros, y cuando somos alcanzados por esa gracia debemos santificarnos para bien de otros.
OREMOS:
Padre de amor, ayúdanos a buscar la verdadera santidad, queremos hacer de todo y de la mejor forma posible para cumplir tu voluntad y ser siervos agradables a ti. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen