13 de Febrero: Todos somos hijos

Romanos 2:11¨ porque no hay acepción de personas para con Dios.¨

Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Comenzamos un día más en la presencia del Señor, leyendo las sagradas escrituras que son consejos que nos hace bien conocer y atender, porque mientras más obedientes somos, mayor es la posibilidad de alcanzar la bendición de Dios.

 

 

Fascismo, racismo y tantos otros ismos, con certeza ya hemos oído hablar de algunos, dentro de la filosofía los ISMOS representan una forma de vida, fascismo representa un régimen que hace prevalecer los conceptos de nación y raza, sobre los valores individuales, lo que es representado por un gobierno autocrático, centralizado en la figura de un dictador, el arrianismo fue una teoría popularizada por el nacismo, que afirmaba la superioridad de los hombres blancos, principalmente aquellos descendientes del pueblo arriano, ya el racismo es el conjunto de teorías y creencias que establecen una jerarquía entre las razas y las etnias, en el texto de hoy tenemos una fuerte afirmación de que: DIOS NO HACE ACEPCIÓN DE PERSONAS. Es por ello que la salvación es para toda la raza humana, independientemente de etnia, raza o color de piel, es inadmisible para alguien que fue alcanzado por la maravillosa gracia de Jesús, tratar a las personas con alguna de esas manifestaciones descritas ak inicio del párrafo, porque el nombre del negro esta escrito en el libro de la vida junto al nombre del blanco, todos somos uno en Cristo, de esta manera la nacionalidad de nacimiento o el color, no pueden elevar o degradar a los hombres, de allí que es el carácter lo q   ue hace al hombre, si alguien tiene algún color de piel, si es chino o africano,  si ambos rinden el corazón a Jesús, Jesús no va a usarlos por motivo de sus características físicas, sino porque son seres humanos, por eso hoy pidamos a Dios que nos ayude a combatir esas fuertes tendencias, esos ismos que nos cercan cada día y entender que todos nosotros tenemos un gran valor ante Dios, porque somos hijos e hijas de él.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre de Amor, ayúdanos a amar y respetar a nuestros semejantes, queremos cumplir obedientemente tus mandatos, hacer tu voluntad y transitar hacia la salvación. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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