Lucas 15:4 “ ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? ¨
Amados, que la bendición siempre este presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. El texto de hoy indica una de las preguntas hechas por Jesus luego de explicar la parábola indicada en este capitulo quience del libro de Lucas, la parábola de la oveja perdida, este capitulo de hoy es conocido como el evangelio dentro del evangelio, Jesus dio una respuesta a la acusación de que el recibia pecadores, y comia con ellos, entonces Jesus conto tres historias, esas parábolas no son una simple exposición del evangelio sino una defensa de el. Estas narrativas presentan la teología de Cristo delante de aquellos para quienes la gracia de Dios parecía un desperdicio, aquellos que se sentían indignados por la afirmación de que Dios se interesa por los pecadores, para ese grupo Jesus cuenta la parábola de la oveja perdida, luego la parábola de la moneda perdida, y la parábola del hijo perdido.
Cuando perdemos una cosa valiosa, realmente u obviamente nos sentimos decepcionados, frustrados, produciéndose un momento de tristeza cuando se pierde lo valorado y otro momento de alegría cuando se encuentra lo que fue perdido, la estupenda revelación que Jesus nos hace es que Dios también se siente así, esas son historias de Dios en palabras de hombres, tales parábolas tienen una estructura común, ellas enfatizan la tragedia de la perdida, la diligencia de la búsqueda y la alegría del reencuentro o recuperación, la lección es clara en todos los casos, los bienes perdidos no fueron olvidados ni perdieron su valor lo cual es indicado por la búsqueda, lo interesante de todo es que Dios se envolvió personalmente en la búsqueda de aquello que estaba perdido, toda la inteligencia del universo estaba concentrada en rescatar lo que se extravió, nosotros hoy somos el objeto de esa incansable búsqueda, por eso vamos a permitirnos ser encontrados por Jesús, para que esa búsqueda de Cristo produzca en el final alegría, para que así podamos participar en la fiesta celestial, donde aquello que se extravió sea oportunamente encontrado, y rescatado.
OREMOS:
Padre de amor, ayúdanos a que podamos ser encontrados y que tu gracia nos alcance, deseamos cumplir tu voluntad y ser mejores siervos cada vez. Contribuye con nosotros para alcanzar ese objetivo. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen