1 Crónicas 29:25 ¨ Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón a ojos de todo Israel, y le dio tal gloria en su reino, cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel.¨
Amado que la paz del Señor este con todos y seamos siempre bendecidos. Este nuevo día está relleno de oportunidades grandiosas para alabar al Señor, comencemos haciéndolo parte de este momento, comencemos orando y meditando sobre su palabra, como una especie de conversación de alineamiento, para que le presentemos a nuestro Padre Celestial, todas nuestras necesidades, solicitemos el debido consejo y la guía necesaria para llevar a buen término nuestras acciones. Nuestro Dios se alegra cuando nota que requerimos de él, pero mucho más le complace poder ayudarnos para que nuestros objetivos sean cumplidos con estricta sujeción a las disposiciones bíblicas.
Dios bendijo inmensamente a Salomón, más que a David y a Saúl, en ese momento era muy importante que Dios confirmase el reinado de Salomón, ya que él no era el hijo primogénito y no era el primero en la sucesión al trono. Dios en ese contexto desprecia al hijo más viejo de David y es entonces cuando bendice con unción a Salomón, de todas las formas sobre todo que las personas pudieran percibir el cuidado de Dios en la vida de él, por eso el Señor lo engrandeció mucho, por ante todo Israel, así cuando Dios tiene un propósito para la vida de alguien, Dios otorga los recursos necesarios a cualquier persona que el seleccione, el Padre Celestial otorga victoria, porque cuando Dios escoge a una persona es que merece ese título más que otros, porque Dios hace prosperar, el permite que las cosas se desarrollen, crezcan y se multipliquen, porque cuando la voluntad de Dios se cumple en nuestras vidas, logramos hacer aquello que Dios desea con los recursos que se nos otorgaron, podemos lograr que lo que fue hecho en la vida de Salomón, sea hecho en nuestras vidas, solo tenemos que cumplir las reglas de Dios, guardar sus mandamientos, porque al hacer eso notaremos como Dios nos engrandecerá.
Padre adorado, gracias por las bendiciones que nos otorgas y las que continuaras otorgándonos, permítenos cumplir estrictamente tus estatutos para que seamos favorecidos, como lo fue Salomón, que hagas tu voluntad en nuestras vidas, nosotros queremos servirte de todo corazón. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo por quien todo lo concedes.
Amen.