Juan 21:17 ¨ Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.¨
La paz del Señor sea con todos. Bendiciones, que todos nuestros actos sean para glorificar a Dios, que desde el inicio operemos con obediencia a su voluntad, que en el medio del proceso continuemos haciendo su voluntad y que al final por haber realizado su voluntad, podamos alabarle con la totalidad de nuestros actos, pues la idea es recibir bendiciones y con ellas bendecir a nuestro prójimo. Recordemos la enseñanza de Jesús, indicada en el versículo Mateo 6:33.
Quizá nos hemos identificado con algún personaje bíblico, muchos nos identificamos con Pedro en algunas conductas. En el verso de hoy nos encontramos con un Pedro que deseo abandonar, desistir de todo, dejar su misión de discípulo y volver a ser pescador, porque Pedro paso tiempo de su vida siguiendo a Jesús, escuchando sus enseñanzas, aprendiendo con el maestro de galilea y testimoniando sus milagros, en la noche de la ultima cena Pedro le prometió a Jesús que estaría con el hasta la muerte, a lo que ¨Jesús le dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.¨, lo cual está escrito, en: Mateo 26:34. Pasado el tiempo, Pedro se arrepintió, sus pecados repetido lo hacían sentirse miserable e indigno de estar al lado de Jesús, y seguramente los discípulos miraban a Pedro y pensaban que él no debía volver al grupo. El capítulo 21 del libro de Juan, muestra a un Pedro que estaba listo para desistir de todo y volver a la vida de pescador, porque el pensaba que no estaba viviendo a la altura de lo que Dios quería, y por peor que fuere Pedro no quería ser un hipócrita, si alguna vez nos sentimos así, es oportuno que sepamos que Dios siempre tiene una salida. En ese capítulo de Juan 21, Jesús apareció a los discípulo en la playa, mientras pescaban, había sido una noche improductiva, así que Jesús mando a que tirasen sus redes al lado derecho de la barca, y cuando ellos obedecieron la orden de Jesús, las redes quedaron tan llenas de peces, que ellos casi no pudieron recogerlas, el milagro de la pesca milagrosa ocurrió. Si vemos el texto con más atención notaremos que Jesús recreo la misma escena de cuando el llamo a Pedro para ser su discípulo, Jesús decidió recrear ese escenario para recordarle a Pedro y recordarnos a todos hoy, que Dios no nos llama por nuestros méritos, pero si por su gracia, y cuando entendemos cuanto Jesús nos ama, percibimos que podemos ir a Dios de la manera en que estamos y por el seremos aceptados, él nos acepta de la manera que somos, porque el nos ama, entonces no quedemos preso a los errores del pasado, sintamos hoy el perdón de Dios y volvamos a los brazos de Jesús.
OREMOS:
Padre Celestial, gracias por tu ilimitado amor hacia nosotros, gracias por las bendiciones que nos otorgas y las oportunidades que nos das para bendecir a otros. Ayúdanos siempre. Son las peticiones que en nombre de Jesucristo, hacemos hoy.
Amen.