Salmos 1:1 ¨ Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; ¨
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
Amados, hoy es un gran día de bendiciones donde vamos a plantearnos un reto, en el cual vamos a ponernos en contacto con tres personas que amemos, y le comentemos el propósito nuestro de orar por ellas, además les preguntaremos si ellos tienen alguna causa por la cual requieran intersección de Dios y oremos con fe junto a ellas. Esta actividad es agradable a nuestro padre porque estamos poniendo parte de nuestro tiempo para ayudar al prójimo de una manera simple y poderosa. Según el versículo de hoy, bienaventurados serán aquellos que desprecien el consejo de los malos, que no se detienen a formar parte de su camino, ni se sientan en la silla de los escarnecedores, por esto nosotros debemos apartarnos de toda influencia negativa que pueda entorpecer nuestro camino hacia la salvación, o de seguir mejor los mandatos del padre o de hacer la voluntad de Dios, nosotros estamos andando hacia la nueva Jerusalén que Jesús viene a preparar para nosotros, en el medio de nuestro camino Satanás colocara sus trampas, sus agentes aparentemente buenas personas que intentan desviarnos de la fe haciéndonos caer en el abismo del pecado. Dios nos ama, el quiere lo mejor para nosotros, por tanto, nos aconseja apartarnos del mal, y si requerimos de consejos podemos buscarlos en la biblia, la cual nos indica la forma correcta de actuar ante cualquier situación con el objetivo de que nuestros procederes sean agradables al padre. Caminemos conforme a los principios aprobados por el padre, para que estemos más próximos a Dios.
OREMOS:
Querido Dios, ayúdanos a vivir lejos del mal y de la apariencia del mal, permanece con nosotros, llenando nuestro corazón de alegría y de paz. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.