15 de Noviembre: Esperanza en la promesa

29 de Diciembre: Jesús oro por mi y por ti

Juan 17:20-21  ¨ Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.¨

 

Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Estemos atentos, porque estamos en una constante batalla entre el bien y el mal, donde el enemigo, como sabe que pertenecemos a Dios, nos ataca, llenando nuestra mente de pensamientos negativos, que nos dicen cosas, como: ¨No sirves¨, ¨No podrás¨, y, toda clase de cosas limitantes, pero debemos controlarnos ante esos ataques, porque quien tiene la última palabra es Dios, el nos doto de cualidades geniales, el nos va a seguir capacitando, y, venceremos cualquier adversidad, porque estamos con Dios, el nunca dejara caído al justo, a la vez, Santiago 4:7, nos indica cómo actuar, ante estos ataques del enemigo, cuando establece: ¨Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros.¨, entonces, si somos atacados de esta manera, sencillamente, abandonemos esos pensamientos, y, recordemos las promesas de Dios, porque ¨Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros?¨, escrito esta esto, en Romanos 8:31. Compartamos este material, será algo bueno.

 

Después de orar por sus discípulos, Jesús amplio su oración, a objeto de incluir a aquellos que vinieron a creer en él, por intermedio de la palabra de los discípulos, como padre e hijo son uno mismo, Jesús oro para que los futuros Cristianos fuesen uno, Jesús se refirió a la unidad del Padre y el hijo, ellos nunca actúan independientemente, uno del otro, ellos están siempre unidos en todo lo que hacen, ellos comparten amor por la humanidad caída, de tal manera que el Padre dio a su hijo por el mundo, y, el hijo a dar su vida por el mundo también, para salvarlo, es maravilloso que exista esa unidad, la unidad a la cual Jesús se refirió, en esta oración, una unidad de amor y propósito, como la que hay entre el Padre y el hijo, así manifestar esa unidad en amor, confirmaría públicamente tanto la relación de los discípulos con Jesús, y, la unión con el Padre. La manifestación de la unidad genuina, del discípulo, debía dar convincente testimonio de la verdad del evangelio, así el mundo conocerá que Jesús es el Salvador, en otras palabras, esa unidad por la que Jesús oro, no es invisible, y, el mundo puede convencerse de esto, simplemente notando el amor, y, la generosidad entre el pueblo aquí en la tierra, aunque mayormente se nota la desunión y el egoísmo, seamos nosotros aquellos individuos, que brindemos en ejemplo a nuestro prójimo, para realizar actos de amor y generosidad, seamos promotores de ese cambio, brindando un ejemplo correcto de obediencia a la voluntad de Dios.

 

 

Oremos:

 

Amado Padre, fortalécenos para practicar tu voluntad y promover el cambio con nuestro ejemplo, para que el prójimo sea más amoroso, generoso, y, cumplan tu voluntad, permítenos mostrar el gran brillo de tu presencia en nuestras vidas, queremos ser usados por ti. Contribuye con nosotros. Así pedimos, en nombre de Jesús.

 

Amen.

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