Mateo 28:1-2 ¨ Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.¨
Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Valoremos este tiempo, donde nuestro Padre Celestial, nos instruye con amor, para hacer las mejores prácticas con el objetivo de que tengamos una vida bendecida. Cuando le quitamos un fruto al árbol del vecino, sin la autorización debida, estamos haciendo un acto indebido, cuando nos desviamos del camino que Dios ha indicado, estamos haciendo las cosas mal, procuremos proceder bien, seamos obedientes a la palabra de Dios, todo mejorara, creamos en eso, pues así será. Distribuyamos este material a nuestro prójimo.
Este texto bíblico hace referencia al momento sublime de la resurrección del Señor Jesús, y, es dicho que pasado el sábado, en el comienzo del primer día de la semana, era aún madrugada de Domingo, cuando María Magdalena, y, la otra María, fueron a ver el lugar donde Jesús había sido colocado, que era una caverna cerrada con una gran piedra, donde hubo un gran terremoto, porque el Ángel del Señor, bajo del cielo, y, aproximándose removió la piedra, si verificamos en el último verso del capítulo anterior Mateo 27:66, se establece: ¨ Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.¨, los romanos sellaron a la piedra, ese sello simboliza a la autoridad humana, la victoria del mal, simboliza a la muerte, a la injusticia, al fin de la esperanza, pero un ángel descendió del cielo, y, removió la piedra, la piedra removida simboliza a la autoridad divina, la victoria del bien, la victoria de la vida, de la justicia, la piedra removida, es un símbolo del renacer de la esperanza, del éxito del rescate hecho para Cristo, creamos en que Jesús resucito de los muertos, adoramos a un Cristo vivo, y, Jesús por medio de su resurrección, garantiza nuestra victoria eterna sobre el mal, nuestra vida eterna inmortal, establece el texto contenido en Romanos 8:1, lo siguiente: ¨ Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.¨, en tal sentido, si por la fe, estamos unidos al Señor Jesús, no hay más condena para nosotros, porque la piedra que cerraba la tumba de Cristo fue removida, y, en nuestro caso, cualquier adversidad que se nos presente será resuelta por Dios, y, la victoria esta garantizada. Tengamos fe.
Oremos:
Amado Padre, gracias por permitirnos saber que eres tu quien tiene la última palabra, gracias por brindarnos tan hermosa protección, y, esa promesa que nos impulsa a seguir adelante, obedeciéndote, haciendo las actividades bien, para glorificar tu nombre. Colabora con nosotros. Son las peticiones que hacemos hoy, en nombre de Jesús.
Amen.