Deuteronomio 6:5 ¨ Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.¨
Amado Dios, gracias por permitirnos estar aquí reunidos todos para analizar tu palabra y las aplicaciones de tus mandatos a nuestras vidas, hoy primeramente demos gracias a Dios por todo, el agradecimiento es una cualidad que multiplica las bendiciones, actuemos en ese sentido para seguir siendo receptores de bendición, este es un día de oportunidades, donde van a haber muchas elecciones que hacer, y el Espíritu Santo estará a nuestro lado para llevarnos a la victoria. Compartamos este material para bendecir a nuestro prójimo.
En las diferentes traducciones de la biblia se utilizan diversas palabras para referirse a esta idea, por ejemplo la primera bienaventuranza que pronuncio Jesús en su sermón de la montaña, encontramos la expresión: ¨Humildes de Espíritu¨, en algunas traducciones aparece como ¨Pobres de Espíritu¨, en todas estas traducciones hay correcciones, ellas son correctas, entonces es útil recurrir al idioma original de la traducción, para definir el significado de la palabra, con el fin de estudiar el fruto del espíritu, en Deuteronomio 6:5, la palabra hebraica referida a amor, tiene un significado a la palabra amor conocida por nosotros, desde el infinito amor de Dios por su pueblo, y este pueblo a su vez, tenía amor por los placeres pecaminosos, los hombres pueden amar al mal como el Salmo 52:3 enseña, pero también pueden amar al bien como ampliamente es enseñado a lo largo de la biblia, en cada caso el contexto nos enseña el aspecto del amor que está siendo tratado, aquí en este verso, la forma del amor de la que se habla es la forma más intensa de amor para con Dios y para con el prójimo, el pueblo Judío ya sabía que el mandamiento número uno, era amar a Dios con todo el corazón, toda el alma y mente, y al Jesús apuntar a esos aspectos del ser humano, usa las palabras establecidas en este versículo. Amar al prójimo como a si mismo, significa amar al prójimo de todo corazón, el amor mencionado en ese segundo mandamiento es el amor de Dios, es lo mismo que el primero, es el amor en acción, envolviendo la voluntad y la intención, pues amar al prójimo como a si mismo, significa cuidar a la otra persona, así como nos cuidamos a nosotros mismos, pensemos hoy en eso, y hagamos el bien, cumplamos la voluntad de Dios.
OREMOS:
Padre amado, gracias por tu enseñanza de hoy que nos lleva a saber que Cristo debe ser el fundamento de nuestras vidas y en base a él debemos ejercer una función en la iglesia e incluso en todo lugar, para ser siervos agradables a ti. Ampáranos siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.