Éxodo 20:1-2 ¨ Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:¨ – ¨Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.¨
Padre Celestial, te damos gracias por la persona que ahora está atendiendo a la lectura de la palabra, y compartiendo en esta hora, la revelación que nos has hecho mediante el análisis de tus dictados. Permite también, que las ideas que integran el texto, promuevan maravillosamente la satisfacción de necesidades personales de alimento espiritual, que incentivan al cambio.
Amados, todos nosotros tenemos cualidades que siempre debemos emplear para hacer el bien sin límites, porque cada vez que esparcimos el amor de Dios, lo estamos honrando y glorificando. El versículo de hoy, nos exhorta a mostrar fidelidad para con nuestro padre celestial, en muchas ocasiones Dios nos ha salvado de diversos peligros y nosotros ni siquiera lo hemos percibido, siempre nos acompaña con el objeto de favorecernos, a veces creemos que hemos sido olvidados por nuestro padre cuando pasamos por los desiertos de la vida, sin tomar en cuenta de que lo que él ha permitido nos perfeccionara en el camino, por eso debemos obedecer a sus mandatos, crecer en la fe, realizar la obra de bondad, todo lo cual nos llevara a ser tenedores de las dadivas que Dios nos tiene reservadas. Dios liberto al pueblo de Israel, Moisés fue solo un instrumento, tomemos en cuenta que un instrumento parado no produce sonido alguno, entonces el sonido que el instrumento produce es proporcional a la habilidad de quien lo ejecuta, así que el instrumento es solo un medio, el mérito y la honra es de quien lo ejecuta, de manera que Dios cuida de nosotros y hace grandes milagros en nuestro favor, pero debemos ser instrumentos para distribuir su amor entre el projimo.
OREMOS:
Padre bondadoso, colocamos nuestras vida en tus manos, protégenos de todo mal, ayúdanos a colocarte como prioridad en nuestra vida, para obedecerte en gran medida de modo que podamos disfrutar de tus dadivas. Así te lo pedimos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen