Marcos 5:18-19¨ Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. ¨-¨ Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.¨
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, como siempre llevaremos cosas positivas a todo aquel individuo con el que interactuemos, esa actitud permitirá que nos lleguen resultados positivos de nuestras acciones; En los versículos de hoy, había una gratitud absurda de parte del endemoniado que fue restaurado por Jesús, él quería ser un discípulo más como cualquiera de los doce que seguían a Jesús, pero le es explicado que su papel es testimoniar en el lugar donde el esta y a su grupo más cercano de personas, como lo es la familia, contarles a ellos su experiencia y la misericordia que Dios tuvo hacia este individuo. En ocasiones cuando Dios nos alcanza nos dice exactamente que debemos ir hacia nuestra familia y testimoniar sobre la misericordia que el ha tenido hacia nosotros, sus maravillas, entre otras cuestiones que nos acercan a el. Pues, así como el mensaje del evangelio llego a nosotros, requerimos esparcirlo, quizá ahora mismo estemos pensando sobre si enviar o no la invitación a otra persona para leer este material, estemos preocupados sobre qué cuestión va a pensar de nosotros si le enviamos esta invitación, pero recordemos que cuando invitamos a alguien más a leer este tipo de materiales estamos llevando el mensaje de esperanza más allá, ello es agradable al padre, que contribuyamos a la evangelización de su pueblo. Comencemos evangelizando a nuestra familia, ello envuelve llevarles amor, esperanza, paz y otras bendiciones a sus vidas.
OREMOS:
Padre de bondad, colocamos nuestra vida en tus manos, condúcenos en la dirección correcta para honrarte y glorificarte, logrando agradarte en nuestros procederes. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.