Apocalipsis 21:22 ¨Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.¨
Feliz y bendecido día, que la paz de Dios sea con todos y su misericordia nos alcance, sugerido, es estudiar y meditar en la palabra de Dios cada día para mejorar en muchos aspectos de nuestras vidas, principalmente en nuestra salud, pues la religión contribuye a que tengamos mas cuidado con los alimentos que consumimos, con las personas que frecuentamos y con otros aspectos de la vida, compartamos este material y llevemos bendición al prójimo.
Algunos hablan del cielo, como siendo el santuario de Dios, pero el libro del Apocalipsis se refiere a un Santuario específico, dentro de la nueva Jerusalén, donde está el trono de Dios y el mar de Cristal, allí la gran multitud de Santos de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, adoraran a Dios por los siglos de los siglos, el Santuario Celestial siempre fue el lugar en que las huestes celestiales, adoraron a Dios, pero con el surgimiento del pecado, ese santuario se convirtió también en el lugar donde la salvación es ofrecida, cuando el problema del pecado no exista más, el Santuario Celestial volverá a desempeñar, su función original, aquí en Apocalipsis 20:22, Juan el vidente de Patmos, informo que no vio templo en la ciudad, porque el Señor TODOPODEROSO, y el cordero, son su templo, eso no significa que no hay más casa del Señor donde sus criaturas puedan ir y tener comunión con él, de modo alguno, el libro de Apocalipsis, está dando atención especial a aquel que está sentado en el trono, y que es adorado, esa adoración celestial es centrada en Dios, y en el cordero que es Jesucristo, y como siempre, como debería ser, Cristo es el foco de la adoración, los adoradores son los que vienen de la gran tribulación, que emblanquecieron sus vestiduras en la sangre del cordero, es interesante que ellos sean testigos del poder redentor y transformador, y ellos alaban a los porque los salvo del pecado, y ahora los guiara por toda la eternidad, vamos a unirnos a esta alabanza a Dios y pensemos que esto puede ser bueno para los tiempos venideros.
OREMOS:
Padre de Amor, queremos unirnos a los seres celestiales, para alabarte por todo lo que eres, por todo lo que haces y aún harás en nuestra vida, un día queremos estar contigo en esa ciudad santa. Contribuye con nosotros. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.